En febrero de 1959 Mikhaël Aïvanhov viajó a India. No era un viaje de turismo, sino una peregrinación, una parte esencial de su trabajo espiritual. Fue al ashram de Sri Ramana Maharshi , donde fue reconocido como un Maestro occidental, y se le dio la bienvenida por parte de los discípulos de Ramana’s disciples. Sin dudarlo, se le dio el raro privilegio de meditar en el cuarto de Ramana, ahora considerado un templo. Ramana Maharshi—maharshi significa“gran vidente”— fue uno de los más grandes sabios de la India moderna. Fue hecho famoso por Paul Brunton, un temprano pionero del diálogo entre Oriente y Occidente. Incidentalmente, Mikhaël Aïvanhov se encontró con Brunton, y estaba feliz de pasar algún tiempoc on él, en su jardín en el Bonfin.

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Ramana Maharshi y Paul Brunton

Un encuentro memorable fue aquél con Neemkaroli Baba. En ese momento, Neemkaroli vivía en reclusión, pero le envió un discípulo para que Mikhaël Aïvanhov supiera que le iba a visitar. Terminaron pasando varios días juntos.

Fue Neemkaroli quien reconoció la maestrío de Mikhaël Aïvanhov al entregarle el nombre honorífico de Omraam. Este nombre está constituido por dos famosos mantras sánscritos o palabras de poder, om y ram. La primera es el mantra más sagrado de los hindúes. Representa lo Absoluto, o Divino, en sí mismo. La sílaba ram, que fue escrita como «Raam», en francés, para facilitar una correcta pronunciación, es el mantra que denota el elemento del fuego.  Ya hemos visto la conexión de Mikhaël Aïvanhov con el fuego. Su vínculo con el sol se reconoce en la sílaba om, que es el nombre de la luz espiritual que lo llena todo, de la cual el sol es una manifestación y símbolo en el plano físico.

neemkaroli

Mikhaël Aïvanhov explicó su nombre iniciático como sigue:

“El nombre que me fue dado en India, OMRAAM, corresponde a los procesos de ‘Solve’ y ‘Coagula’: OM disuelve todas las cosas, volviéndolas sutiles y finas, y RAAM las materializa. El nombre OMRAAM es el símbolo del proceso de concreción, la idea invisible, intangible que debe encarnarse sobre la tierra, de modo que pueda ser vista y tocada por el mundo entero.”

Otra sabia notable con quien se reunió, fue Ananda Mayi Ma. Ella es considerada por decena de miles de hindúes como una encarnación, o avatar, de lo Divino. También se reunió con el famoso Swami Shivananda de Rishikesh, un antiguo médico que había renunciado a su profesión, para volverse sanador de corazones humanos. Desafortunadamente, no sabemos nada de ese encuentro.

Mikhaël Aïvanhov también visitó al Swami Nityananda, el gurú del mundialmente famoso Swami Muktananda, que murió en 1983. El Swami se sentó rodeado de discípulos, vistiendo sólo un taparrabo. Cuando vio a Aïvanhov, entró en una larga meditación con sus ojos cerrados. Cuando los abrió, se dirigió a Mikhaël Aïvanhov en buen inglés, diciendo estas palabras: «Un corazón puro, paz en su alma, y todos los poderes se le han dado.»

Nityananda

Luego Nityananda pronunció el nombre de un antiguo sabio hindú, explicando que Mikhaël Aïvanhov era una reencarnación de ese gran yogui. Era presumiblemente el mismo sabio que escribió varios libros en sánscrito. Peter Deunov una vez mencionó a su discípulo que mucho tiempo atrás, él, Mikhaël Aïvanhov, había escrito libros en India que volvería a descubrir.

Lean la conferencia del Maestro sobre este tema, Los Puranas, en tres partes.

Extracto de «The Mystery of Light» por Georg Feuerstein.
Capítulo 2. Omraam Mikhaël Aivanhov: Visionario, Maestro y Sanador