El tiempo, como el espacio, tiene cuatro puntos cardinales, que son los dos equinoccios y los dos solsticios del año. El solsticio de invierno (en el hemisferio norte) tiene lugar el 21 de Diciembre, y es presidido por el Arcángel Gabriel. Y el 25 de Diciembre, la fiesta de Navidad celebra un nacimiento, en otras palabras una concretización, un descenso a la materia. El Arcángel Gabriel dirige fuerzas cuya tarea específica es la condensación de la materia.

Es por ello que, en el Árbol Sefirótico, Gabriel es el Arcángel de Iesod, la región de la Luna. A diferencia del sol, que expande, dispersa y distribuye, la Luna comprime, contrae y condensa. Si no estuviera contrarrestada por otras influencias, petrificaría toda la vida en plantas, animales y seres humanos. Los Iniciados, que están instruidos en esta ciencia, intentan utilizar el período del solsticio de invierno para concretar sus ideas y planes, pues es el momento en que un nacimiento tiene lugar sobre la tierra.

Las otras fiestas cardinales corresponden a otros procesos: Pascua, a la resurrección; el día de San Juan, al encendido del fuego; Michaelmas, a deshacerse de lo que sobra. La fiesta de la Navidad está ligada a la encarnación, y es por eso que el nacimiento de Cristo, en la persona de Jesús, ha tradicionalmente tenido lugar en el invierno (del hemisferio norte).

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 236, Del Hombre a Dios: La Noción de Jerarquía.
http://www.prosveta.com/api/flipping/P0236AN