Dios habita en nosotros

Mientras vivan fuera de Dios, se privan de Sus riquezas. El no puede dároslas: El y ustedes forman dos mundos que no pueden comunicarse entre sí porque no vibran al unísono. Mientras que si aprenden a sincronizarse ya no hay separación, empiezan a sentirse otro ser, y es el mismo Dios quien viene a manifestarse en ustedes. En el sentido iniciático la muerte es esto: no existen más como un ser independiente que se opone al Señor, es el mismo Dios quien entra en ustedes.

Este es el sentido de las palabras de Jesús cuando decía: «Si no mueren, no vivirán», o bien cuando mostraba que había logrado sobrepasar su propia individualidad para fusionarse con el Señor: «Mi Padre y yo somos uno».

Todos los seres humanos tienen el poder de transformarse

Naturalmente, no todo el mundo llega hasta este punto. Pero esforzándose, es posible escapar a ciertas limitaciones. Los humanos no saben utilizar los medios que Dios ha puesto a su disposición.

Dios nos ha dado la posibilidad de llegar a ser como El. Todos los seres tienen esta posibilidad, pero debido a lo que momentáneamente son, están impedidos para alcanzarlo. No sienten, no conocen esta realidad, la mayoría permanecen muy abajo.

Todo depende de nuestras prioridades

Y sin embargo, nadie está atado, incluso las criaturas más limitadas poseen los medios para superarse; si admitieran la necesidad de volver su mirada y su pensamiento hacia estas regiones en que se encuentra el Señor, se darían cuenta de sus posibilidades. Pero, ¿cuántas personas intentan cambiar algo en ellos mismos? Evidentemente, lo he dicho siempre, la razón es muy sencilla: todo depende de lo que sea más importante para ellos. Si lo más importante es el dinero, los placeres, y no hay lugar alguno en su cabeza para la espiritualidad, ¿qué progreso quieren que hagan?

Pero si encuentran a un ser que da el primer lugar a la luz, al amor, a la belleza, al espíritu, sin preocuparse por saber si será rico o pobre, si comerá cada día o si no comerá, si estará bien vestido o vestirá andrajosamente, si será honrado o ridiculizado, para él todo es posible.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 26, Acuario: Llegada de la Edad de Oro, I