Este deseo de liberarse, de ser anárquico, de desafiar las órdenes de Dios, es el origen de todas las desgracias de la humanidad. El día que los seres humanos rompieron el vínculo que les unía a la Armonía Celestial, todas las desgracias empezaron a caer sobre ellos.

Hay algo importante que debemos entender: son los seres humanos quienes crean sus propias enfermedades. Y mientras más prevalece el espíritu anárquico en el mundo, más cáncer habrá. Cada enfermedad es el resultado de un cierto desorden, y el cáncer es el resultado específico de la anarquía. Hoy, hay un creciente espíritu anárquico en el mundo. Es casi como si hubiera escuelas donde las personas aprendieran a perturbar a la sociedad al incitar a otros al odio y a un espíritu de revuelta. Las fuerzas de la oscuridad están trabajando, pues son ellas las responsables de esa labor diabólica.

Las Órdenes Iniciáticas, por otra parte – que trabajan por el reino de la paz, armonía y fraternidad, de modo que todos los seres humanos lleguen a entender, amar y estar unidos con su prójimo – están propagando anticuerpos que destruyen las semillas del cáncer. Si estos centros Iniciáticos no existieran, la humanidad entera ya se habría contaminado hace mucho tiempo atrás.

 

Desafortunadamente, comparados con los vastos números de quienes trabajan por la destrucción y crean montañas de dificultad y oscuridad, no hay más que un puñado de seres humanos en el mundo que entienden que debemos unirnos y trabajar en armonía, a fin de contrarrestar los males que amenazan a la humanidad: guerra, pobreza y enfermedad.

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Esta diminuta minoría aún no es lo suficientemente fuerte para combatir la influencia maligna de la myoría, pues para lograr cualquier cosa en la tierra, los números son extremadamente importantes: los números de quienes son buenos, puros e iluminados, y capaces de tomar parte en la formación de una fraternidad universal, cuyas decisiones puedan tener algún peso en los asuntos mundiales.

Las Leyes de la Armonía son las leyes más solemnes del universo. Incluso cuando vuestra intención es buena, si ustedes mismos no están en armonía, el bien que desean realizar no tendrá las condiciones para manifestarse; en efecto, estarán perturbando algo en el mundo invisible. Pongan una idea divina en sus cabezas, trabajen por una idea divina, y verán lo que esa idea puede hacer por ustedes: ¡mejorará sus existencias completas, incluso prolongará sus vidas!

No es difícil saber si han conseguido o no la armonía: todo vuestro ser se los dirá. Cuando todas sus células vibren al unísono, no van a fallar en notarlo. Si beben un baso de agua cuando están sedientos, no necesitan a nadie que les diga que vuestra sed se ha satisfecho, ¿cierto? De forma similar, cuando alcanzan un estado de armonía, no necesitan que les digan: sentirán el influjo de fuerzas tremendas, vuestra aura pulsará y vibrará, se encontrarán en un estado de maravilla y deleite…

(Continuará…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Izvor 225, Armonía y Salud
Obras Completas, Volumen 6, Armonía