– La vida en la tierra comienza y termina con una respiración. Vale la pena tomarse el tiempo en reflexionar respecto a la función de la respiración, darse cuenta que está en las raíces de la vida, y también practicarla, de modo que haga su trabajo en forma más eficiente.
Una manera de alcanzar una mejor comprensión del fenómeno de la respiración, es compararla al proceso de nutrición. ¿Qué hacen cuando comen? Antes de enviar el alimento a su estómago para ser digerido, lo mastican. Si lo tragan sin masticar suficientemente, vuestro organismo no podrá asimilarlo por completo. Es por ello que se recomienda masticar sus comidas por un largo tiempo, hasta que sea casi líquida y desaparezca en sus bocas.
Tampoco deben dejar la mesa sintiéndose completamente satisfechos, es mejor quedar con una ligera sensación de hambre. ¿Por qué? Para dejar que el cuerpo etérico haga algo de trabajo. Vuestro cuerpo etérico está motivado a buscar otro alimento, más sutil, en un nivel más elevado, y en pocos momentos, no sólo no se sentirán más hambrientos, sino que se sentirán llenos de una nueva energía, tanto física como psíquica.
Pero volvamos a las analogías entre respiración y nutrición. Ambos procesos están gobernados por las mismas leyes. Así como es perjudicial tragar sus alimentos sin masticarlos, también lo es respirar tan rápidamente que el aire no tenga tiempo de expandir sus pulmones, y de llenarlos hasta el fondo. ¿Por qué? Para «masticarlo». Sí, sus pulmones son capaces de «masticar» aire, tal como sus bocas mastican alimento.
La respiración profunda es un magnífico ejercicio que deben practicar regularmente, pues renueva las propias energías. Si no envían el aire al fondo de sus pulmones, sólo podrán extraer las partículas mas groseras, menos sutiles. La función de los lóbulos superiores es muy distinta a la de los lóbulos inferiores. La ciencia descubrirá todas esas cosas en el futuro. La forma en que las células de la parte inferior de los pulmones absorben aire, es distinta de cómo lo hacen las partes superiores.
Si desean obtener el mayor beneficio posible del aire que respiran, deben comprimirlo y mantenerlo en sus pulmones. Mientras sus pulmones mantengan el aire bajo compresión, se evita que escape y se le fuerza a circular a través de los diminutos canales que la naturaleza ha abierto para ello. Hasta que el aire no haya entregado todas sus bendiciones, no debemos dejarlo ir. Este es el secreto de toda plenitud.
En forma similar, cuando asisten a la salida del sol en la mañana. El sol derrama tremendas cantidades de energía en la naturaleza, para beneficio de las criaturas que la absorben, y esta energía está presente en el aire en una forma que los hindúes llaman prâna. El mejor momento del día para absorber los más sutiles y más poderosos elementos del prâna, es poco minutos antes que el sol se eleve. Aquí es cuando está presente en su mayor abundancia. Así, vayan y observen al sol salir: es tan suave y gentil… uno siente casi como si pudiera beberlo, y es sólo con el mayor esfuerzo que uno puede separarse: ¡duele tener que partir y volver a las actividades cotidianas!
Nuestro rol no es condensar o materializar energía: ya está lo suficientemente condensada. Nuestro rol, más bien, es liberarla. Los grandes Iniciados, que conocían esta ley de la desintegración de la materia, eran capaces de desintegrar algunas milésimas de miligramo de la materia en sus cerebros y, con la energía resultante, lograr milagros. Realizaban esta desintegración a través del pensamiento; es un secreto que ha estado en su posesión por miles de años. Aplican los principios de la fisión nuclear a su propio cerebro, que consiste en un tipo de materia que contiene riqueza inagotable…»
(Continuará…)
Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Izvor 225, Armonía y Salud
Obras Completas, Volumen 6, Armonía
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