-La forma puede cambiar, pero los principios de todas las religiones son eternos
Por milenios los seres humanos han tenido el hábito de fijarse en la forma y en la apariencia de las cosas, olvidándose de su contenido y de su sentido oculto.
Y los Libros sagrados de cada religión también poseen una forma, un contenido y un sentido. La forma, el relato, es para cualquier persona; el contenido moral, simbólico, es para los discípulos que tratan de encontrar su mensaje subyacente y de ponerlo en práctica; y el sentido espiritual oculto, es para el Iniciado que es capaz de interpretarlo.
Cada religión posee un cuerpo de enseñanzas esotéricas y una enseñanza exotérica, pues siempre han habido unos pocos que han sentido la necesidad de entender los misterios de la creación. En la Iglesia Cristiana, junto a la Iglesia de san Pedro, que reunía a la mayoría de creyentes, siempre existió y se desarrolló en secreto la Iglesia de san Juan, guardiana de la verdadera espiritualidad, de la verdadera filosofía de Cristo.
El Buscador de verdades ocultas
Cuando alguien me dice que no pueden aceptar nuestra Enseñanza, porque es católico, les digo: «Muy bien, si se sienten más en casa en la Iglesia, ¡manténganse ahí! Pero en cuando a nosotros, vamos a avanzar.» Porque, ¿qué pueden aprender de todos esos sermones que no les explican nada en absoluto? Los sermones que escuchan pueden ser muy poéticos o altamente morales… Oh, estoy totalmente de acuerdo con lo que dicen, pero nadie puede aprender mucho de ellos, porque no están respaldados por una ciencia realmente capaz de explicar el sentido y objetivo de la existencia humana, las leyes que la gobiernan o cómo comportarse en armonía con esas leyes. Son todos palabras – sólo palabras – ¡sin mencionar el cómo ponerlas en práctica!
Todo quien ha decidido trabajar con los principios eternos, inmutables de Cristo, pertenece a la Fraternidad Blanca Universal. No están destruyendo nada, no están trabajando contra Cristo, no están tratando de promover una nueva religión. No, sencillamente están trabajando para promover nuevas formas. Mientras que alguien que se aferra a las antiguas formas, muestra que no han entendido los principios.
Si quieren evolucionar, sería mejor que no se fijaran en las formas, sino que trabajaran con los principios. ¿No es acaso un ideal mucho mejor y más benéfico? Cristo mismo vendrá a decirles cuán magnífico es, pues está escrito en el Nuevo Testamente: «La letra mata pero el espíritu da vida«. Y eso es exactamente lo que digo. Sí, estoy constantemente empujándoles para que fortalezcan sus vínculos con el espíritu que da vida.
Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Izvor 206, Una Filosofía de lo Universal
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Obras Completas, Vol. 25, Acuario: Llegada de la Edad de Oro – I
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