‏Interpretemos ahora esta pequeña historia. La casa es‏ el cuerpo físico; la criada es el corazón; el criado‏ es el intelecto; el ama de la casa es el alma, y el amo‏ el espíritu. A menudo el espíritu se va, y entonces‏ nuestra alma se siente abandonada; pero cuando‏ vuelve, trae inspiración, abundancia y luz. Cuando‏ el alma y el espíritu se van de viaje, el corazón y‏ el intelecto se funden y cometen todas las tonterías‏ posibles… ¡en compañía de otros corazones y de‏ otros intelectos!‏

Si proseguimos con esta imagen, descubriremos‏ en detalle los papeles respectivos del corazón, del‏ intelecto, del alma y del espíritu. Se sabe que una‏ criada normalmente está destinada al servicio del‏ ama de casa, mientras que el criado se ocupa del‏ amo. Los amos se distancian de los servidores‏ debido a su vida, su conducta y sus preocupacio‏nes, y no siempre les confían los secretos de su tra‏bajo o de sus proyectos. Así, también, el alma y‏ el espíritu actúan sin revelar sus intenciones al cora‏zón y al intelecto.‏

Pero si la criada, por su conducta irreprocha‏ble, se gana la confianza absoluta de su ama, ésta‏ le habla a veces de sus proyectos, de su felicidad,‏ del amor que siente por su esposo, el espíritu.‏ Entonces la criada, el corazón, se llena de gozo por‏ estas confidencias.

Lo mismo sucede si el criado‏ consigue, por su trabajo, la confianza de su amo;‏ éste empieza a hacerle revelaciones, y el criado, el‏ intelecto, se ilumina, se vuelve lúcido. Pero para que‏ esto suceda, es necesario que la criada y el criado‏ vivan juntos en perfecta armonía al servicio de sus‏ amos. Si no están de acuerdo y los deseos del uno‏ se oponen a los deseos del otro, se hace más difícil‏ el trabajo del alma y del espíritu.

Esta imagen per‏mite múltiples combinaciones y aplicaciones sobre‏ las que deben meditar, porque todos los estados de‏ salud o de enfermedad, de felicidad o de sufri‏miento, pueden explicarse a través de las relacio‏nes existentes entre estos cuatro habitantes de la «casa» del ser humano.‏

Queda claro, pues, que la pareja corazón-‏ intelecto es una repetición en el plano inferior de ‏ la pareja alma-espíritu. El intelecto y el espíritu son‏ principios masculinos; el corazón y el alma son prin‏cipios femeninos. De la unión de las dos parejas‏ corazón- intelecto y alma-espíritu nacen los hijos:‏ la unión del intelecto y del corazón produce los actos‏ en el plano físico, mientras que la unión del alma‏ y del espíritu produce los actos en el plano divino.‏

Las conexiones que hay entre estos cuatro prin‏cipios explican por qué, cuando no están someti‏dos al alma (que representa el amor divino), y al‏ espíritu (que representa la sabiduría divina), el cora‏zón y el intelecto no hacen más que tonterías.‏ Cuando hayan crecido en la vía del amor y de la‏ sabiduría, el corazón y el intelecto llegarán a ser el‏ hijo y la hija de Dios; pero de momento, tan sólo‏ son sirvientes.

Si el intelecto no está purificado por la luz del‏ espíritu, es víctima del orgullo. Si el corazón no está‏ purificado por el calor del alma, sucumbe ante las‏ pasiones. Y precisamente el gran error de los seres‏ humanos es haber roto la comunicación entre las‏ regiones inferiores del corazón y del intelecto, y las‏ regiones sublimes del alma y del espíritu; privados‏ de esta conexión, el corazón y el intelecto se acon‏gojan y afligen. Sólo una cosa puede salvarles, y‏ es el encontrar a sus amos y servirles como buenos‏ servidores. Entonces el corazón se convertirá en el‏ conductor del alma y el amor divino se derramará‏ a través suyo; el intelecto será el receptáculo de la‏ sabiduría divina, y el espíritu se manifestará a tra‏vés suyo.‏

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Izvor 222, La Vida Psíquica: Elementos y estructuras,

Capítulo 4, Corazón, Intelecto, Alma y Espíritu