Los Siete Cuerpos del Ser Humano, en relación con las Tres Divisiones de la Teología Cristiana

La conciencia es, pues, una pantalla sobre la que se proyecta todo lo que sucede en el ser humano. En realidad, no, todo lo que sucede en el ser humano no llega a proyectarse en esta pantalla, sino solamente una pequeña parte, y aquello que no se proyecta es llamado inconsciente.

Pero el inconsciente se divide en dos partes: un inconsciente inferior o subconsciencia, y un inconsciente superior o supra consciencia. Muy poco de todo lo que sucede en nosotros llega a nuestra conciencia, que es, por tanto, una pantalla muy limitada. Los procesos vitales, por ejemplo, como la digestión, la circulación, la respiración, la eliminación, el crecimiento, escapan totalmente a nuestra conciencia, y, sin embargo, si llegásemos a desarrollarnos en este sentido, incluso estos procesos se volverían conscientes.

Hace años les di un esquema que representa al ser humano con sus diferentes cuerpos: Partiendo desde abajo vemos el cuerpo físico (que comprende también el cuerpo etérico), el cuerpo astral (que es la sede de las emociones y de los sentimientos), el cuerpo mental (que es el conductor de los pensamientos)… Ven después una línea de demarcación, y después el cuerpo Causal, que es el cuerpo de la sabiduría, de la omnisciencia; el cuerpo Búdico, que es el cuerpo del amor impersonal; y, finalmente, el cuerpo Átmico, que es el cuerpo de la omnipotencia divina.

Las Dos Trinidades en las Naturalezas Superior e Inferior del Ser Humano

En la mayoría de los humanos, sólo están más o menos desarrollados los tres cuerpos inferiores; los tres cuerpos superiores, que son sólo un germen, casi no se manifiestan. Los tres cuerpos inferiores corresponden a la personalidad y los tres cuerpos superiores a la individualidad (o Yo Superior). El ser humano posee, pues, dos naturalezas dotadas de las mismas posibilidades de actuar, sentir y pensar, pero una de ellas tiene un nivel inferior y la otra un nivel superior.

En realidad, estas dos naturalezas no están separadas la una de la otra. Como muestra el esquema, cada cuerpo inferior está relacionado con el cuerpo superior correspondiente: el cuerpo físico con el cuerpo átmico, el cuerpo astral con el cuerpo búdico y el cuerpo mental con el cuerpo causal. Ésta es justamente la meta de la evolución humana: cada cuerpo superior se encarnará en el cuerpo inferior que le corresponde, y el ser humano recibirá la iluminación, porque la naturaleza divina habrá venido a instalarse en él.

Ahora, ¿ven esta línea de demarcación entre los cuerpos superiores e inferiores?, representa la conciencia, que es como una pantalla en donde vienen a reflejarse estas dos regiones de la personalidad y de la individualidad. Si nuestra conciencia es limitada es porque nosotros mismos somos limitados en nuestra actividad.

Todos los humanos poseen los gérmenes de estos cuerpos que deben desarrollarse un día plenamente, y estoy seguro de que todos ustedes los sienten algunas veces. Oyen una música o ven un rostro, y sienten un estremecimiento, un impulso para hacer cosas extraordinarias para el bien del mundo entero: es una manifestación del cuerpo búdico que empieza a vibrar en ustedes.

O bien sienten en ustedes una fuerza capaz de remover toda la Tierra: es el cuerpo átmico que empieza a abrirse camino. O aún, sienten una iluminación tal que empiezan a entrever la estructura del universo, comprenden cómo funciona: es el cuerpo causal que se hace un sitio en el cerebro.

Si estas manifestaciones se reproducen a menudo es que los tres cuerpos causal, búdico y átmico empiezan ya a tomar posesión de todo vuestro ser.

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Obras Completas, Vol. 17, ‘Conócete a ti mismo’ – Jnani Yoga
Capítulo 7, La Conciencia

Izvor 222, La Vida Psíquica: Elementos y estructuras,
Capítulo 3, Varias almas y varios cuerpos