Si un creador humano quiere producir una obra maestra eterna, inolvidable, no debe quedarse únicamente al nivel de los cinco sentidos, como hacen la mayoría de los artistas de hoy. En el arte, hoy está de moda quedarse en los detalles más prosaicos y mundanos.

La mayoría de los artistas ya no saben cómo elevarse para contemplar la belleza sublime: solo proponen al público banalidades y monstruosidades, porque han olvidado el secreto de la verdadera creación.

Creando un hijo o una obra de arte

Aquí tienen ahora pues, un tercer punto de la moral cósmica: si quieren salir de todas sus dificultades y llegar a ser unos creadores formidables, conéctense con la Divinidad para recibir de ella unas partículas que comunicarán después a su creación.

De esta manera, sus hijos, o sus obras, les superarán por su belleza y su inteligencia. He ahí, queridos hermanos y hermanas, unas perspectivas increíbles, unos horizontes nuevos: saber hacer intercambios con todo lo que es superior, saber que la oración, la meditación, la contemplación son medios de creación.

Una vida entera no será suficiente…

Cuando entiendan esto, las posibilidades que se abrirán ante ustedes, serán tan amplias, que no tendrán suficiente con una existencia para explorarlas todas.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 12, Las Leyes de la Moral Cósmica
Cap. 3, La actividad creadora como medio de evolución