Sri Ramana Maharshi

El mundo entero oyó un día, en la televisión, decir a los lamas tibetanos que los más grandes sabios eran seres que sabían reír. Por otra parte, si leen el libro de Paul Brunton “La India secreta» (y también «El Egipto secreto»), aprenderán mucho de este escritor extraordinario, y verán cómo cuenta que fue a la India para buscar un Maestro: encontró a varios que eran serios, graves, severos, distantes, y sintió que les faltaba algo.

Conociendo a un gurú avanzado, sabio y luminoso

Pero he ahí que un día encontró a un gurú muy sencillo, amable, alegre, que reía, que bromeaba… Pero, al estudiarlo, descubrió que era el más avanzado, el más sabio, el más luminoso, y se convirtió en su discípulo.

Este gurú era Ramana Maharshi, y resplandecía, según parece, con una luz tal, emanaba tal amor, tal gozo, que el color de su piel era como de oro. Cuando fui a la India visité su ashram, en Tiruvannamalai; desgraciadamente, Ramana Maharshi ya no estaba vivo, pero encontré a sus discípulos, y eran verdaderamente como su Maestro, llenos de amor, llenos de luz, llenos de sonrisas.

Nunca he sido tan bien recibido como lo fui allí. Guardaban la habitación de su Maestro como un lugar sagrado y no permitían a nadie que penetrase en ella, pero me dejaron entrar para que meditase en ella todo el tiempo que desease. Guardo un recuerdo inolvidable de este ashram.

Una persona seria no debe tener una expresión seria, sino un carácter serio

Ya sé que diga lo que les diga, se van a mantener en su actitud pensando: “¿Pero qué es eso? Nosotros somos gente seria.». Vale, pero entonces, ¿por qué son desgraciados? En realidad, todavía no saben lo que es ser verdaderamente serios. ¡Vamos, encuentren a alguien que sea más serio que yo! Se los digo: yo soy uno de los hombres más serios que existen en la Tierra, sólo que he tenido la dicha de comprender que lo serio no es solamente el aire que adopta la persona.

Ser serio no es tener una cara seria, sino tener un carácter serio, es decir, ser fuerte, estable, alguien seguro con el que se puede contar. Una persona seria es inquebrantable, inmutable en sus convicciones, en sus ideas, pero siempre como un niño en su corazón, simple, flexible, lleno de amor y de sonrisas.

(Concluirá…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 18, Jnani Yoga II
Cap. 8, El Amor.