Pídanle al año viejo que les recuerde. Un año acaba y otro va a empezar… Es el momento en que todos formulan deseos para sí mismos, para su familia, sus amigos, para todo el mundo. Es costumbre reunirse, besarse, invitarse, esperando que este nuevo año traiga a cada uno toda clase de cosas buenas.

Pero antes de pensar en el año nuevo, deténganse un momento sobre el año que se va y diríjanse a él… ¿Están sorprendidos?

¿Cómo? ¿Hablar al año?… Sí. La Cábala dice que un año es un ser vivo, así pues pueden hablarle. Por tanto, diríjanse a este año que se aleja y pídanle que se acuerde de ustedes. Puesto que está vivo, no permanece inactivo, no sólo ha registrado vuestros actos, sino también vuestros deseos, vuestros sentimientos, vuestros pensamientos. El último día eleva su informe a los Señores de los destinos y les une con el nuevo año: sepan saludarlo antes de dejarlo.

El Año Nuevo que viene. Como su nombre indica, el pasado ya ha «pasado», y todavía no están en el futuro. Únicamente el presente les pertenece, está en vuestras manos como una materia, como una pasta a modelar.

Tienen ahora un minuto, una hora, una jornada… Este minuto, esta hora, esta jornada les pertenecen: aplíquense a vivirlos en la claridad. Cuando gracias a sus esfuerzos, hayan despejado el espacio entre ustedes y el mundo divino, podrán decir que el futuro les pertenece también. Este futuro es el gozo, la luz.

No se dejen influenciar por aquellos que sólo predicen dificultades y desgracias: simplemente no saben lo que es verdaderamente el futuro ni cómo construirlo. Las desgracias, son el pasado y no el futuro. Para presentarse, el futuro, es decir, vuestro verdadero futuro de hijos e hijas de Dios, espera que hayan terminado de extraer las lecciones del pasado.

Este futuro ya está en marcha: puesto que están creándolo, ya empiezan a vivirlo.

Omraam Mikhaël Aïvanhov