Para guiarnos en nuestro trabajo espiritual y mostrarnos qué camino seguir, necesitamos un método. Como lo veo, el mejor método que existe es el estudio del Árbol Sefirótico. Muchos santos y místicos han caminado por el camino de la luz sin saber del Árbol Sefirótico, es cierto, pero conocerlo da una visión más clara del trabajo a realizar. Es por eso que insisto en que aprendan y vayan más profundo en todos sus aspectos.

Con Malkuth, concretan las cosas. Con Yesod, las purifican. Con Hod, las entienden y expresan. Con Netzach, insuflan gracia en ellas. Con Tiphereth, las iluminan. Con Geburah, luchan para defenderlas. Con Chesed, las someten al orden divino. Con Binah, les dan estabilidad. Con Chokhmah, las llevan a la armonía universal. Finalmente, con Kether, les ponen el sello de la eternidad.

Omraam Mikhael Aivanhov
Izvor 236, Ángeles y otros misterios del Árbol de la Vida