El cuerpo etérico está compuesto de materia física, pero de una materia física tan sutil que no puede ser ni vista ni tocada con nuestros sentidos. Como ya he dicho tan a menudo, ni siquiera conocemos realmente el mundo físico: imaginamos que no existe nada en la materia aparte de los estados sólido, líquido, gaseoso e ígneo.
No, esas son sólo las dimensiones más crudas e inferiores del mundo físico. La materia es mucho más rica y sutil que esto, pues incluye también la dimensión etérica, donde también hay cuatro divisiones:

  • La primera capa del cuerpo etérico es conocido para la Ciencia Iniciática como «éter químico«. Es esta primera división la que gobierna las funciones físicas del crecimiento y de eliminación, y corresponde al elemento tierra.
  • La segunda capa, llamada «eter vital«, es de una naturaleza más sutil, y corresponde al agua. La capa del eter vital hace posible las funciones de procreación, y le da sensibilidad al cuerpo físico, la capacidad de sentir dolor, y así sucesivamente.
  • Luego, en un nivel mucho más elevado, está la «luz etérica«, que sostiene el calor y vitalidad del cuerpo físico y, de forma aún más importante, es el asiento de las percepciones. Y finalmente,
  • La cuarta capa, conocida como «eter reflector«, es el asiento de la memoria. Es aquí, en esta capa etérica, que cada evento de la vida de una persona, todos sus pensamientos, sentimientos y acciones, son grabadas. Es aquí, también, que se debe encontrar el germen de todas las facultades y cualidades de un cuerpo en el proceso de ser formado.

Y en realidad, las semillas o germinaciones de los distintos cuerpos – físico, etérico, astral y mental – están todas conectadas con la otra, pues se siguen y comunican una con la otra. Pueden ver evidencia de esto en el hecho de que un pensamiento no permanece confinado a vuestro cuerpo mental, sino que se comunica con el reino adyacente de las emociones, deseos y pasiones, que está con el cuerpo astral; y desde el cuerpo astral se comunica al etérico y finalmente, al cuerpo físico, y en ese punto ponen vuestros pensamientos en ejecución. Como ven, todo es una sola pieza…

(Continuará…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov