El capitalismo y el comunismo son ambos necesarios e indispensables, la naturaleza misma apoya ambas tendencias. Un niño que acapara todo para sí mismo, es un capitalista, y un anciano que entrega sus posesiones antes de dejarnos para el otro mundo, es un verdadero comunista: no deja nada para él. Entre ambos extremos hay todo tipo de personas que en verdad no pertenecen a ninguna de esas categorías: Capitalistas que no son verdaderos capitalistas, y comunistas que no son verdaderos comunistas.
La situación ideal es ser ambos a la vez, esto es, recibir, ganar y enriquecerse por todos los esplendores del Cielo y, entonces, distribuirlos al resto de los seres humanos. Deben ser capitalistas para acaparar todo lo relacionado con el Cielo, y por lo tanto, comunistas al distribuirlo en la tierra. ¡Esto es la perfección! Pero si sólo son comunistas, o sólo capitalistas, están perdidos, pues es demasiado estrecho, demasiado restringido.
He buscado en las Sagradas Escrituras de todas las religiones, y he encontrado muchas figuras nobles, puras y luminosas, pero nunca he encontrado una que se compare con el sol por su luz, amor, generosidad y perfección.
El sol es el único ser que expresa en la tierra la grandeza de Dios, y es el sol quien he escogido por modelo. Amo y respeto a todos los demás, pero encuentro que todos ellos tienen sus límites. Si los seres humanos son siempre tan débiles, indecisos, vengativos y tristes, es porque el ideal que sostienen, no es algo infinito.
Sus ambiciones son ser como sus tíos o sus vecinos o como algún destacado político millonario. ¡Qué tristes modelos! ¡Miren la enfermedad y el desorden de sus vidas! Mientras que el sol… nada se puede comparar al sol y, no importa cuán extraño lo encuentren, lo he adoptado como modelo.
Si toman al sol como su modelo, poco a poco, sus intelectos recibirán su luz, sus corazones recibirán su calor, y sus espíritus, su poder. Y, por sobre todo, ustedes darán y darán, tal como el sol da. La regla que guía a los seres humanos es tomar: así es como son criados, y toda la civilización contemporánea está marcada por esta necesidad de tomar. Es la única palabra que las personas entienden.
La única escuela que enseña a las personas a dar, es la escuela del sol. Todos los planetas toman. Sólo el sol da, y esta es la razon por la que debemos ingresar a su escuela. Es el único que realmente sabe cómo dar: cuando vemos esto, ¿cómo es posible no amarlo?
Siempre amamos y somos atraídos a quienes son capaces de dar algo bueno. Al contrario, con quienes sólo tienen la capacidad de tomar… bueno, pronto aprenderemos a evitarlos. ¿Por qué algunas personas imaginan que siempre se les será permitido saquear a otros? Los otros pronto verán como son, y les dejarán completamente solos. Deben cultivar en ustedes una tendencia a dar.
Omraam Mikhael Aivanhov
Acuario: Llegada de la Edad de Oro – I
Cap. 4: Comunismo y Capitalismo.
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