La «Roca de Oración», en el Bonfin, sur de Francia

Imaginen que están en el sol cada mañana

Les daré ahora un método que les ayudará: cuando vayan a ver la salida del sol, piensen que ya están en el sol y que, desde alli arriba, miran, sobre la Roca, a este ser que son ustedes; se desdoblan, se separan de su cuerpo, se entretienen mirando y sonriéndole a ustedes mismos diciendo: «¡Pobre!, ¡mirale qué pequeño, qué curioso! ¡Y decir que soy yo!… Pero voy a ayudarle, ¡voy a ayudarle!»

Comiencen a reconstruir el puente

Y ya, con este ejercicio de imaginación, empiezan a restablecer el puente, cada dia… Cuánto tiempo les llevará esta reconstrucción, no lo sé, porque no debe hacerse con hierro, con cemento o con acero, sino con otra materia, con la más sutil, la del plano mental. Todos están invitados a hacer este trabajo, pero ¿hay muchos candidatos para ir hasta alli?

Denle una visita al arcángel que gobierna el sol

Y, una vez llegados al sol, se imaginan aún que hacen una visita al Arcángel que lo gobierna, que hablan con él, que les toma en sus brazos, les revela secretos, les da su luz, y que ustedes envían unos rayos de esta luz a este ser que está ahi abajo, sentado en la Roca, a este ser que aparentemente son ustedes, pero que realmente no lo son. De esta manera, empiezan a sentir una gran expansión de la conciencia, una paz celestial, y, después, llegan revelaciones, revelaciones… Asi desarrollan nuevas facultades y comprensiones y, poco a poco, os convertís en un ser excepcional que exteriormente sigue pareciéndose a los demás, pero que interiormente ya no es el mismo, puesto que nuevas posibilidades se han desarrollado en él.

Den variedad a su mente

Pero, evidentemente, no podemos concentramos todos los días en el mismo tema; por eso les daré aún otros métodos que podréis practicar sucesivamente: cada dia pensarán en el sol de una manera diferente, y habrá tal variedad de métodos que no se aburrirán nunca. No podemos hacer el mismo ejercicio cada dia: se diría que el intelecto está construido exactamente como el estómago, que tiene necesidad de un alimento variado y, si le imponemos todos los dias la misma comida, no puede soportarla, se encabrita, da coces… ¿Qué hacer, pues, cuando sentimos que el mental ya no quiere concentrarse en los mismos temas que los dias precedentes? Busquen otro tema, siempre que siga, simbólicamente hablando, en los temas «vegetarianos», es decir, espirituales.

Si, busquen un tema que os diga algo. Den un vistazo al menú: «¿Peras? No… ¿Huevos? No… ¿Limones?… si, muy bien», y se lanzan a por los limones… Y al dia siguiente… ¿Pimientos? Vale, ¡vamos, pimientos! Y asi  sucesivamente: tenéis un surtido indescriptible. Ven, pues, que en el trabajo espiritual también hay que tener experiencia, hay que conocer los factores psicológicos, porque, si no, es imposible avanzar.

Varíen sus métodos, pero siempre apunten a la misma dirección

Y yo estoy aqui, precisamente, para indicarles medios, métodos que les facilitarán el trabajo, pero siempre en la misma dirección. Debemos variar los métodos, pero trabajar siempre en la misma dirección, es decir, dirigimos siempre hacia el centro, hacia el Creador, hacia la luz, hacia la libertad, hacia el esplendor.

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 10, Esplendores de Tipheret
Cap. 3, Nuestro Yo Superior Habita en el Sol