Me pregunto si todos estos yoguis que han llegado a un control tan grande de su cuerpo físico, ¿se ocupan acaso con tanto esmero de lo espiritual? A veces ni siquiera saben conducirse en su vida interior.

El cuerpo físico es importante, desde luego, sin él no podemos hacer nada en la Tierra; pero, en mi opinión, ser vegetariano, practicar algunos ejercidos de gimnasia que nosotras conocemos, vivir una vida pura, equilibrada, con eso basta para el cuerpo físico.

Primero debemos aprender a respirar, amar, pensar y actuar correctamente

Lo que cuenta sobre todo, es conocer las leyes espirituales y aplicarlas viviendo correctamente, poseer un verdadero saber sobre el Universo, sobre las jerarquías y el ser humano, y llegar al perfecto control de uno mismo.

Antes de ir a experimentar conocimientos peligrosos, hay que empezar por aprender a alimentarse, a respirar, a amar, a pensar, a actuar, y después la ciencia vendrá, una ciencia inmensa, infinita. Lo más importante es saber vivir correctamente para reforzarse; pero las personas descuidan eso y acumulan toda clase de conocimientos inútiles.

Un ejemplo – el hombre cuyo piso colapsó con libros

Como este hombre al que le gustaban tanto los libros que se había hecho hacer un abrigo con unos bolsillos muy grandes: compraba tantos libros como podía, llegaba a su casa con los bolsillos repletos y lo amontonaba todo en su pequeña habitación, hasta el día en que el piso no resistió más y se desplomó sobre lo cabeza del vecino de abajo. El pobre hombre se había posado la vida estudiando, pero lo único que se le había olvidado estudiar era hasta qué punto su “piso” podía resistir.

Primero refuercen el «piso»

A menudo los hombres acumulan, acumulan, y el piso se desploma. ¿A qué llamo «piso»? Al sistema nervioso. Sí, lo olvidamos, pensamos siempre que podrá soportado todo, pero primero hay que reforzarlo, y después podremos amontonar todos los libros. ¿Comprenden, entonces, por qué digo que en primer lugar hay que saber alimentarse bien, respirar bien, dormir bien, comportarse bien?; eso es el “piso”. Cuando éste sea sólido, pongan en él el universo entero, lo soportará.

Otro ejemplo – La calabaza

Por otra parte, incluso una calabaza puede explicárnoslo, porque ella conoce esta ley de consolidación. Sí, observen una calabaza: a medida que crece, va reforzando su tallo que al principio era tan fino, tan tierno: y así puede alcanzar un peso formidable sin que su tallo se rompa. Pero hay personas que en vez de reforzar su sistema nervioso acumulan cargas, y un día todo se rompe, todo se desploma en ellos.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Sèvres, 17 de Enero, 1971

Obras Completas, vol. 17, Jnani Yoga – Conócete a ti mismo I
Cap. 8, El Yo Superior