«…Pero aquí había al fin un hombre a quien se le tenía por gran clarividente, que podría hablar desde su experiencia personal. La primera pregunta de Mikhaël, «¿Cómo me puedo volver clarividente?» recibió una respuesta que le sorprendió. En vez de explicar un método, Peter Deunov sencillamente dijo: «A través del amor. Debes desarrollar tu amor. Tu clarividencia será muchísimo más grande si trabajas de esa forma.». Mikhaël fue tocado hasta la médula.  Reflexionando, se dio cuenta que hasta ese momento, había estado buscando «profundos misterios, cosas que trascendían la realidad concreta».

Ese mismo día decidió que nunca haría un esfuerzo deliberado por desarrollar el don de la clarividencia, sino que sólo trabajaría a través del amor. La capacidad de ver realidades invisibles en un plano más elevado, crecería en su interior naturalmente, sin ningún ejercicio especial o esfuerzo consciente. Sabía que aunque ciertos métodos eran efectivos, también podían ser peligrosos, pues podían destruir el equilibrio interno de una persona.

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Desde ese día, trabajó en «entender la verdad y sentir la belleza oculta en todas las cosas, en los árboles, en las flores, en los frutos». A sus ojos esa era la forma más alta de clarividencia. «Entendí que el tipo ordinario de clarividencia no se eleva sobre el nivel de las fortunas cambiantes de nuestras vidas cotidianas, y que hay una forma más elevada de clarividencia que está abierta a la inmensidad de la gloria de Dios.». Tras este primer encuentro, Mikhaël vio a menudo a Peter Deunov al amanecer, mientras caminaba a través del parque en su camino a la salida del sol. A esa hora temprana el Morskata Gradina estaba vacío, y Peter Deunov levantaba gravemente su sombrero a este joven de diecisiete que también iba temprano cada mañana, a contemplar el sol naciente.

Al fin Mikhaël había encontrado lo que buscaba por tanto tiempo: un Maestro espiritual que estaba cercanamente unido al mundo divino, un sabio cuya vida estaba dedicada a la iluminación de la humanidad. Y este sabio entregó una enseñanza cuya fuente radica en las esferas más altas del mundo invisible, una enseñanza que ha sido preservada por siglos, en los templos más antiguos del mundo.»

(Continuará…)

Louise-Marie Frenette,
The Life of a Master in the West, Introducción. (Click en ‘look inside’)
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