La Iglesia de san Pedro siempre ha mostrado una tremenda intolerancia, cortando cabezas, quemando a aquellos que no pensaban ni actuaban exactamente según las reglas establecidas por ella.

Los miembros de la Iglesia de san Juan jamás han cortado cabeza alguna, jamás han encerrado a nadie, han dejado a los demás que hicieran lo que quisieran, dirigiéndose hacia el Señor, queriendo llegar a ser como El.

Debemos aspirar a ser como Dios

Mientras que la Iglesia de san Pedro ha mantenido a los humanos en la mediocridad y en la debilidad, porque querer llegar a ser como Dios era orgullo, ¡estaba prohibido! Y sin embargo, ¿qué había dicho Jesús? «Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto». Vean, pues, cuál es el ideal más elevado. Ahora bien, si los demás tienen otro ideal, eso es cosa suya.

La religión universal será la religión del sol

La religión católica puede pavonearse ahora pretendiendo que es universal; es su opinión, pero no la opinión de los Iniciados. La religión universal será la religión del sol, porque solamente el sol es universal.

Ustedes dirán: «Pero, ¿y el Señor?». ¡Evidentemente, el Señor…! ¡Pero el Señor es tan sublime, tan inaccesible! No se quiere aceptar al sol con el pretexto de que no hay que adorar más que a Dios, pero mientras, no somos capaces de ir hasta El y nos quedamos en el vacío.

El sol nos da una imagen que nos impulsa hacia la Divinidad

Con el pretexto de que hay que adorar a Dios, no sentimos ni comprendemos absolutamente nada. ¡Oh, qué inteligencia! ¿Por qué no vemos que el sol es el único que puede acercamos al Señor, dándonos una imagen de Su grandeza, de Su luz, de Su amor, de Su poder? Se le rechaza y con ello nos quedamos en las tinieblas, en el frío, en la debilidad.

Los humanos son raros: construyen teorías abstractas sobre la Divinidad en las que se cuestiona la esencia, la substancia, la trascendencia, disputan en relación a todas esas teorías de las que, de cualquier forma, la gente no entiende nada, pero no aceptan que la imagen del sol pueda proyectarles hasta la Divinidad, ¡ah, esto no! Pues bien, quieran o no, la religión del porvenir será la religión del sol, porque ésta nos da la imagen más justa de la trinidad divina.

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov,
El Bonfin, 25 de agosto de 1965

Obras Completas, vol. 26.  Acuario, llegada de la Edad de Oro – II
Cap. 2 secc. ii, La verdadera religión de Cristo