Les he hablado a menudo del Jnani-yoga, que es un ejercicio para conocerse a sí mismo. Para el discípulo, el fin del Jnani-yoga consiste en arrancar su conciencia del círculo limitado de su personalidad, para que pueda fundirse en la conciencia ilimitada del Ser cósmico que vive dentro de él y de quien aún no tiene un conocimiento claro. Este Ser, esta parte de la Divinidad está en él, y debe encontrarla.

Un ser sublime busca manifestar a través de ustedes

Así pues hay dos polos: ustedes mismos, la conciencia que tienen de ustedes mismos, es decir su yo inferior, y después su Yo sublime, del que aún no tienen conciencia ; está ahí, vive en ustedes, trabajando y manifestándose; aún no saben lo que hace, pero desde aquí, desde abajo, pueden imaginar a este Ser sublime que está en ustedes, que intenta manifestarse a través de ustedes para conocerse a sí mismo a través de la materia densa de la que están compuestos.

Se conoce a sí mismo arriba, pero quiere conocerse a través de ustedes, a través de la materia opaca. Gracias al esfuerzo que hacen para imaginar esta aproximación de su Yo superior, un día se producirá tal iluminación que sus conciencias ya no tendrán límites. Estarán en la luz, deslumbrados, y se sentirán uno con este Ser sublime: su Yo superior.

El darse cuenta que «Yo, soy Él» y que nada más existe

Es un ejercicio muy difícil, naturalmente, pero es uno de los más poderosos y eficaces. Si pueden hacerlo una que otra vez, obtendrán grandes resultados. Y entonces, sin importar lo que hagan, esta superconciencia estará presente para participar en todas sus actividades: sí, porque se habrán atado.
Este es el sentido del Jnani-yoga. «Yo, soy Él», y porque no hay nadie más que Él, es Él, el Señor, quien me ha formado como un reflejo, una ilusión; pero a través de esta ilusión quiero volver hacia esta sublime conciencia, fusionarme con ella, desaparecer en ella, vivir en su abundancia y en su plenitud.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 26, Acuario: Llegada de la Edad de Oro, I