Se dice, en general, de cada ser vivo, insecto o humano, que tiene su carácter propio o, para emplear un término más vasto, sus características. En la conversación se emplean indiferentemente las palabras «temperamento» y «carácter» y, sin embargo, en realidad, no significan lo mismo.

El temperamento está esencialmente relacionado con lo vital; es una síntesis de todos los instintos, tendencias e impulsos que el hombre puede difícilmente corregir o suprimir porque tienen sus raíces en su naturaleza biológica y fisiológica. El temperamento, pues, tiene que ver, más bien, con el lado animal.

En cuanto al carácter, no se disocia del temperamento, pero representa el lado inteligente, consciente, voluntario. El carácter es el resultado de un trabajo consciente mediante el cual el hombre ha podido cambiar – añadir o recortar – algo a su temperamento, gracias a su inteligencia, a su sensibilidad y a su voluntad.

El carácter es el comportamiento de un ser consciente que sabe lo que hace y adonde va, mientras que el temperamento representa solamente los impulsos de la naturaleza biológica, las tendencias inconscientes y subconscientes. El carácter es como una síntesis de todas las particularidades del temperamento, pero dominadas y controladas.

Es casi imposible modificar el temperamento, porque cada uno viene al mundo con tal o cual temperamento bien determinado. Pero, como el carácter, en cambio, está constituido por las tendencias conscientes del ser que piensa, que reflexiona, que desea afirmarse en mejor – o en peor – puede dar nacimiento a una actitud, a una forma de manifestarse que a menudo está en contradicción con el temperamento.

Eso es el carácter. El carácter es, de alguna forma, el temperamento matizado, coloreado, orientado y dirigido hacia una meta, hacia un ideal. Es como un hábito adquirido conscientemente que acaba por convertirse en otra naturaleza. El carácter no existe en el momento del nacimiento, se forma con el tiempo. Podemos verlo en los niños; tienen temperamento, pero todavía no tienen carácter.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 221, El Trabajo Alquímico o la Búsqueda de la Perfección
Capítulo 3, Carácter y temperamento