¡Cuántos religiosos del pasado consideraban que la energía sexual es una fuerza diabólica que hay que reprimir por todos los medios! Y, ¿cuál era el resultado? Dejaban de tener vida, las fuentes se secaban, ya no sentían ningún entusiasmo, ninguna alegría. Se imaginaban que así se habían convertido en santos. ¡Pero la santidad no es eso! En el pasado, generaciones enteras siguieron este camino, pero, ¿con qué resultados?…

Evidentemente, de entre estos miles de místicos, algunos tenían verdaderamente dones, una inteligencia y una voluntad extraordinarias que les permitían superar esta aridez, pero, de todas formas, tampoco ellos se desarrollaban con plenitud. ¿Por qué? Porque no sabían que la energía sexual es una energía divina que el Creador ha dado para felicidad de la humanidad… y no para su desgracia, como ellos creían.

La energía sexual es una energía que tenemos que utilizar razonablemente: es una savia bruta que se transforma en las células, y que el espíritu distribuye después por todo el organismo bajo forma de vitalidad en el plano físico, de amor y de alegría en el corazón, y de luz y de sabiduría en el cerebro.

La energía sexual es un poder enorme que los sabios saben dirigir: no dejan que les atormente ni que les empuje a vivir tragedias ; no dejan que inunde y destroce las ciudades que hay en ellos, sino que construyen molinos, fábricas, canales de irrigación, y cosechan los frutos que ha producido esta fuerza sabiamente repartida.

Cuanto más razonables somos en la utilización de la energía sexual, tanto más adquirimos riquezas espirituales. La energía sexual dominada es exactamente como el agua de un gran río que se canaliza para irrigar las tierras, igual que los egipcios habían hecho con el Nilo, asegurando así la prosperidad del país. Cuanto más utiliza el ser humano esta energía sexual con sabiduría, tanto más se acerca al Reino de Dios y comprende el sentido y la belleza de la vida.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 221, El Trabajo Alquímico o la Búsqueda de la Perfección
Capítulo 13, La sublimación de la energía sexual