«Ahora, escúchenme, oh cimas sagradas del Himalaya.
Tú, TRISUL, tridente de Neptuno, capaz de expulsar y combatir las fuerzas del mal,
símbolo del divino Shiva y de la santa Kabbalah,
y Tú, NANDA DEVI, siempre virgen y pura en la nieve de inmaculada blancura,
y Tú, NANDA KOT, parecida a una fortaleza impenetrable para las gentes ordinarias pero accesible solamente a los audaces,
y Tu, PACHA CHULI, formidable símbolo del nombre sagrado de las cinco virtudes de Cristo, maravilloso compendio de la estrella resplandeciente que los Reyes Magos contemplaron con respeto y admiración,
y Tú, NANDA GHUNTI, oculta en tu velo como una novia esperando el sol, y velada para todos excepto para él,
y Tú, NANGA PARBAT, lugar misterioso y sagrado, que he contemplado con amor y admiración en los altos de Gulmarg en Cachemira,
y Tu, MONTE EVEREST, la cima más sublime, la más alta del mundo, símbolo de la meta espiritual a alcanzar en nuestra existencia, donde habitan las criaturas, las entidades más puras y las más luminosas de nuestro planeta,

¡Oh Monte Everest, cómo te he observado en divina contemplación desde las alturas de Darjeeling!

Yo, Omraam Mikhaël Aïvanhov, Sacerdote del Altísimo, les digo a ustedes, cimas prestigiosas, colocadas por el Padre Eterno para desempeñar durante miles y millones de años su misteriosa misión, conocida solamente por los grandes Maestros de la humanidad, que revelen sus tesoros escondidos desde tiempos inmemoriales y los derramen sobre la Augusta Fraternidad Blanca Universal, mi familia.

Que todos quienes son inteligentes, fieles, llenos de bondad y de amor, firmes, inquebrantables en su Alto Ideal, reciban sus emanaciones puras y luminosas, limpios y transparentes, reconfortantes y benéficas.

Y que el Alto Ideal transmitido por el Maestro Peter Deunov, nunca sea olvidado:

“Un corazón puro como el cristal,
un intelecto luminoso como el Sol,
un alma vasta como el universo,
un espíritu poderoso como Dios y unido a Dios”,

No sea nunca dejado a un lado, sino al contrario, realizado completamente por la Gran Fraternidad Blanca Universal.

Amén. Que así sea.

¡Para la gloria de Dios!
¡Para la gloria de Dios!
¡Para la gloria de Dios!»

India, 1980/1981.