Baño en el río Jordán, Palestina, 1839

Lo que no se comprendió bien en el pasado, mis queridos hermanos y hermanas, ahora será comprendido, aclarado; y se añadirán incluso muchas otras verdades nuevas, porque nada se queda estancado. Todo se mueve, todo evoluciona. Y por otra parte, Jesús lo mostró: dio una nueva moral que no era la de Moisés.

«Ha sido dicho, pero yo os digo…»

En varias ocasiones en los evangelios repite: «Ha sido dicho… pero yo os digo…» Por ejemplo: “Ha sido dicho, No matarás, y aquel que haya matado será reo de juicio. Pero yo os digo: quienquiera que monte en cólera contra su hermano, será reo de juicio.”

Y también: “Ha sido dicho: no cometerás adulterio. Pero yo os digo: quienquiera que lanza sobre una mujer una mirada libidinosa ya ha cometido adulterio con ella en su corazón…»

“Ha sido dicho: no cometerás perjurio, sino que cumplirás ante el Señor tus juramentos. Pero yo os digo que no juréis en absoluto…”

«Ha sido dicho: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo. Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los Cielos.”

La ley moral de Jesús, no era la de Moisés

La moral que aportó Jesús ya no era la moral dada por Moisés. Cuando los seres humanos eran primitivos, ¿qué se les podía hacer comprender? Primero era necesario enseñarles, al menos, la justicia. Y Moisés fue enviado para enseñarles la justicia. Después el Cielo envió a Jesús para aportar el amor, el perdón. Sí pero tampoco debemos pararnos ahí.

Y ahora, ¿por qué no dar también una nueva moral, todavía mejor? Los cristianos se sentirán vejados porque no quieren que haya nada más después de Jesús. Según ellos ya no se puede añadir nada. Y supongamos que Cristo mismo viniera a añadir otras nociones, porque todo evoluciona… ¿Acaso los cristianos pueden impedírselo?

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
El Bonfin, Septiembre 12, 1963

Obras Completas, vol. 12. Las leyes de la moral cósmica
Cap. 20, «Si alguien te golpea en una mejilla…»

Imagen: Litografía de David Roberts, Abril de 1839. Los bancos del Jordán.