«Cuando los alquimistas dicen que trabajan con el sol y la luna, evidentemente no se trata de los dos astros que percibimos en el cielo, sino de los símbolos de los dos principios masculino y femenino que actúan en toda la creación, incluido el mismo ser humano.

La verdadera alquimia es la alquimia espiritual, y los dos principios con los cuales debemos trabajar son la voluntad (el Sol) y la imaginación (la Luna). Con su voluntad y su imaginación, el discípulo logra transmutar su propia materia y convertirse, simbólicamente hablando, en el Sol y la Luna, es decir radiante y puro. No es por casualidad que, en astrología, Aries sea la casa de Marte (principio masculino) y Tauro sea la casa de Venus (principio femenino). Porque trabajando con el Sol y la Luna para sublimar la fuerza sexual (Venus) y con la fuerza dinámica y activa de la voluntad (Marte) el alquimista consigue todos los poderes espirituales simbolizados por Mercurio, el agente mágico.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov