Sí, mis queridos hermanos y hermanas, la vida en la tierra es una ilusión, un sueño. La realidad, es otra cosa. Entonces, ¿por qué perder la vida eterna para alcanzar una ilusión de la cual pronto no quedará ni rastro? Naturalmente hay que ocuparse de comer, de vestirse, de tener una casa, pero háganlo en la medida que les permita adquirir riquezas que puedan guardar durante la eternidad.

Es más inteligente. Porque un día todo les abandona y se quedan completamente desnudos, no tienen nada. Incluso los libros que han leído y el saber que han recibido en las universidades, se les arrebata, desaparece. Cuando vuelvan a la tierra, hay que volver a empezar a leer, a aprender, porque lo que poseían no eran sus riquezas, eran los demás quienes se las habían dado; esto no les pertenece, y se les arrebata.

La genialidad viene de una profunda experiencia personal en vidas pasadas

Sólo aquello que han saboreado, experimentado, profundizado, lo pueden conservar, y en la próxima encarnación, volverán con estos dones y estas cualidades. Es así como se explican el talento y el genio. Un filósofo o un músico genial no hace otra cosa que traer de nuevo los conocimientos que vivió profundamente en una encarnación anterior.

Cuántos seres humanos desean poner su vida interior primero

El ser humano ha venido a la tierra para dar gloria al Creador y ayudar a los demás. Pero en lugar de esto, la mayoría se entierran y se embrutecen porque siempre están preguntándose qué dirá la familia, la sociedad… Naturalmente, cuando dominan el miedo y el temor, nada nuevo puede introducirse en el mundo.

¿Dónde encuentran ahora personas que afronten las privaciones pensando: «Esto no es nada, lo tengo todo dentro de mí, mi vida interior es tan intensa, tan rica, que no tengo necesidad de nada más»?

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 26, Acuario: Llegada de la Edad de Oro, I