Una vida materialista, deja afuera al mundo invisible

Oír hablar de espera, evidentemente es algo insoportable e incluso insensato para la persona «moderna» que, por el contrario, se halla hundida en las preocupaciones materiales y siempre tiene prisa de llegar al final y quiere tenerlo todo de inmediato. Por esto, sus oídos interiores se han atrofiado.

Aunque no estén conscientes de ello, viven interiormente en un mundo formado de sustancias y materiales imponderables, impalpables, pero muy reales. El día en que sientan la realidad de este mundo invisible, descubrirán que se hallan en una nueva dimensión.

Cultiven la capacidad de hacer una pausa

Jamás se muestren impacientes; al contrario, aprendan a cultivar la espera, porque a cada instante pueden recibir una advertencia, una noticia, una aclaración. De esta manera crean en ustedes una especie de célula fotoeléctrica que les avisará que una entidad, una corriente está pasando.

Luego, traten de averiguar cual es su naturaleza, y si sienten que es una corriente oscura que les densifica, muévanse, desplácense, hagan de inmediato algo para neutralizarla.

Las corrientes de luz se mueven muy rápido y no esperan

Pero cuando sientan que una corriente luminosa viene a rozarles, permanezcan inmóviles hasta que haya tomado posesión de ustedes. Si comienzan deseando instalaros más cómodamente con el pretexto de captarla mejor, la perderán y no podrán ya recobrarla. Semejantes corrientes no esperan, pasan.

Por tanto les corresponde a ustedes aprender la manera de que penetren profundamente en sus almas, con el fin de que después les acompañen durante todo el día en cada una de sus actividades. Cuanto más espiritual es la naturaleza de una corriente, más rápida es, y las corrientes divinas pasan como un relámpago. Si el aparato interno de ustedes no está en condiciones de funcionar inmediatamente, se les escapan, como un perfume muy sutil que emana de un frasco precioso.

Las corrientes del mundo inferior se quedan

Lo que es tenaz, se impone e incluso se incrusta, son las manifestaciones del mundo inferior. ¡Vean cómo los instintos están bien incrustados en nosotros! Cuánto más avancen por el camino del amor y de la sabiduría, más capaces serán de retener las corrientes que proceden de los mundos superiores. Las entidades luminosas no se detienen en quien no vibra al unísono con ellas, por esto la inspiración, la alegría y el éxtasis sólo son, para la mayoría de los humanos, instantes muy fugaces.

Inviten a las corrientes de la luz, a que penetren cada célula de sus cuerpos

Para que duren, es preciso proporcionar a estas entidades las condiciones que necesitan. Preparad por tanto su cerebro, su corazón, sus pulmones, todas las células de sus cuerpos purificándolas, para que un día se conviertan en su morada.

¿De dónde viene que el sabio sea feliz?… Aunque no cierre los ojos ante todas las manifestaciones del mal en el mundo y los sufrimientos que se derivan, siempre está atento al paso de corrientes benéficas que le atraviesan y se esfuerza en retenerlas. Es consciente de que ofendería al Cielo si dejara perder las riquezas y bendiciones que cada día derrama sobre nosotros.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 204, La Risa del Sabio
Cap. 4, La espera que nos mantiene despiertos.