Benditos son quienes han abrazado la luz…

Hermes Trismegisto, Maestro de los Misterios, dijo en la Tabla de Esmeralda: “El Sol es su padre, la luna su madre, el viento lo ha llevado en su vientre, la tierra es su nodriza”. Los cuatro elementos están ahí: el sol (fuego), la luna (agua), el viento (aire), y la tierra. Los cuatro elementos colaboraron para dar nacimiento y alimentar esa luz, esa quintaesencia que Hermes Trismegisto llama Telesma y que confiere todo el conocimiento y todos los poderes a los Iniciados.

La Tradición nos dice, también, que Zaratustra una vez le preguntó al dios Ahura-Mazda qué comía el primer hombre, y Ahura-Mazda respondió: “Comía fuego y bebía luz”. ¿Por qué no deberíamos aprender, también, a comer fuego y beber luz, para restaurar la perfección primigenia del primer hombre?

Aprendan a encontrar alimento en la luz, al hacerlo encontrarán la mayor de las bendiciones; se sentirán tan ricos que comenzarán a amar a cada criatura existente. Es su carencia la que engendra el odio.  Es la pobreza la que engendra el odio. Los ricos nunca odian a nadie. Pero asegúrense de entenderme correctamente: hablo de los realmente ricos, los grandes Maestros. Viven en tal abundancia que sus corazones rebosan, ¿cómo posiblemente podrían albergar sentimientos de odio cuando disfrutan de tal plenitud?  Quienes sienten carencias, son los agresivos y envidiosos y detestan a otras personas.

Nunca olviden esto. Tan pronto como alguien se vuelve consciente de la riqueza que Dios le ha entregado tan espléndidamente, su corazón comienza a rebosar de amor y su único pensamiento es ayudar e iluminar a otros. Estar en posesión de tal superabundancia les empuja a compartir con otros.

Emerald-Tablet

Benditos son quienes han abrazado la luz, la luz espiritual, en el santuario de sus mentes, almas, corazones y espíritus, pues esa es verdadera riqueza. Quizás algunos de ustedes pregunten: “¿pero cómo puede uno obtener esta luz interior?”. ¡Vaya pregunta! ¿No saben cómo los primitivos hacían fuego? Frotaban dos trozos de madera hasta que producía calor; seguían frotando y eventualmente una pequeña llama se levantaba, y entregaba luz. Como ven, hay tres etapas en el proceso: primero, movimiento (la voluntad), segundo, calor (amor, sentimiento) y tercero, luz (inteligencia, pensamiento.).

Así que si desean obtener luz, deben decidirse a actuar, poner su voluntad a trabajar hasta que el calor, el amor, se apodere de ustedes y luego sigan trabajando hasta que ese amor, a su turno, se vuelva luz. ¡Esa es la forma de obtener luz! Practiquen ejercicios espirituales, meditación y oración, hasta que encuentren tanto disfrute en ello que no puedan estar sin ellas y, eventualmente, la luz brillará.

Por supuesto pueden seguir el movimiento inverso, también: pueden convertir luz en calor, y calor en movimiento. Ciertos elementos de conocimiento en el intelecto pueden elevar el amor en el corazón, y ese amor les empuja a actuar. Es un proceso en dos sentidos. ¡Es todo tan simple! La gente vacila por años, preguntándose cómo puede obtener luz, cómo vivir una vida espiritual, sin nunca poder hacerlo… ¡y es todo tan simple!

 

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 212, La Luz, Espíritu Vivo
Obras Completas 32, “Los Frutos del Árbol de la Vida”

Imagen: La Tabla de Esmeralda
“La Tabla de Esmeralda es un resumen de la totalidad de la sabiduría antigua, creada por Hermes Trismegisto. Aún es el más perfecto monumento que inteligencia alguna haya legado a la humanidad”