«Lo limitado no puede entender lo ilimitado; así, los seres humanos, que son limitados, no pueden entender a Dios, lo ilimitado. O, para ser más precisos, no pueden entenderle mientras permanezcan fuera de Él. Le conocerán una vez que entren en su inmensidad, se mezclen y se vuelvan parte de él. Mientras una gota de agua esté separada del océano, no puede conocer al océano, pero cuando vuelve a él, no puede ya ser separada; la gota se ha vuelto el océano, conoce al océano.

Ustedes dirán: «pero los humanos existen dentro del universo, son parte de él, no están separados de esta infinitud que es Dios.». Sí, pero no están conscientes de ello. Y en efecto, a menudo se separan conscientemente de Dios, para vivir sus vidas personales apartados de la consciencia cósmica, y luego declaran que Dios no existe. Así que si quieren conocer a Dios, deben unirse conscientemente con Él, perderse a ustedes mismos en Él. Le conocerán porque se habrán vuelto Él, serán Él

 

Omraam Mikhael Aivanhov

Pintura por Nicholas Roerich, ‘El Alma Bendita Bhagavan Ramakrishna’, 1924