…”Los espíritus de la naturaleza se sienten felices de que se les dé un objetivo, algún trabajo especial que hacer, pues la mayoría de ellos no tienen la noción de trabajar para un ideal. Sus únicas preocupaciones son cumplir con sus tareas, por miedo a fuerzas superiores: es por ello que tantas personas les utilizan para todo tipo de trabajos abominables. Como no tienen sentido moral, pueden ser utilizados tanto para el bien como para el mal, así que depende de nosotros ponerles a trabajar por la causa del bien.

Por mi parte, lo he hecho por muchos años, y millardos de estos espíritus están en marcha ahora en cada parte del mundo, trabajando en las mentes humanas. Es por ellos que muchas personas están comenzando a cambiar, sólo un poco: no tienen idea de qué está ocurriendo, pero algo les está impulsando a despertar.

Ahora ya sea que me crean o no, es asunto de ustedes. Sólo les digo la verdad. Desde ahora, cada vez que se encuentren en mitad de la naturaleza, recuerden hablar a todas esas criaturas que habitan las cavernas y los árboles, los ríos y lagos e incluso las estrellas, y llámenlos a venir y tomar parte en la construcción del Reino de Dios sobre la tierra. Si hacen esto, el cielo les reconocerá como artesanos de la nueva vida, un manantial de agua fresca, un verdadero hijo o hija de Dios.

(Concluirá…)

Omraam Mikhael Aivanhov
Los Frutos del Árbol de la Vida, Obras Completas, Vol. 32