No hay que habitar una casa antes de haberla bendecido, consagrado por ejemplo a uno de los 72 Genios de la Naturaleza. Es posible conocer sus nombres, sus atributos, sus virtudes, invocarlos y servirse de su ayuda para muchos trabajos benéficos. Están ahí, y no piden otra cosa que ser utilizados, Dios los creó para ayudar a los servidores de la luz. Estos son conocimientos extremadamente útiles.

¡Cuántas desgracias se han visto que ocurrían con objetos que no estaban ni bendecidos ni consagrados! Esos objetos habían estado en manos de malhechores o de seres realmente tenebrosos; y más tarde, tomados por otras personas provocaban accidentes; comprados nuevamente por otros, sólo les traían desgracias, y así sucesivamente hasta que eran destruidos.

Cada habitación tiene un reflejo en el plano etérico

Todo acontecimiento que se produce en la tierra o en las otras regiones del universo, se refleja, se impregna sobre los objetos de su entorno. Es necesario saber eso.

Les he hablado a menudo sobre ello: todo lo que hacen en una habitación de su casa deja una huella, imágenes, clichés, toda una memoria queda ahí, fijada en el plano etérico, sobre las paredes, sobre los muebles, los objetos, y si viene un médium, una persona sensible, podrá decirles con detalle lo que ha sucedido en ese cuarto.

Las rocas y montañas tienen un registro indeleble de toda la historia humana

Dios concibió la creación de manera tal que la tierra, las montañas, las piedras principalmente, conservan la historia de la humanidad en su totalidad desde hace miles de millones de años. Sí, en el futuro, los humanos aprenderán a descifrarlas, se instruirán en la naturaleza pues los minerales son las bibliotecas, los archivos más formidables que existen; ellos son los que revelarán el pasado de la humanidad.

Cada palabra, cada pensamiento, cada gesto, cada sentimiento, se refleja en todos los objetos cercanos y deja huellas, buenas o malas, y puede decirse que estas huellas son imborrables, están profundamente enterradas bajo otras capas que se han acumulado, pero existen y se las puede recuperar.

Los Iniciados pueden conocer los distintos períodos de la humanidad

Son estas huellas las que constituyen los archivos «akásicos». Los que estén interesados, y tengan la capacidad para ello, pueden consagrarse a esos estudios. Hubo Iniciados que estudiaron la historia de la humanidad a través de esos archivos: se informaron en detalle y nos transmitieron muchos de sus descubrimientos.

Así es como se sabe por cuáles períodos pasó la humanidad, cuántas veces y cómo pereció, hasta qué grado de civilización técnica y de evolución espiritual llegaron los humanos, etc… Para los cabalistas esos archivos están situados en la séfira Daath: la memoria del universo.

Pidan al Cielo que envíe entidades para despejar influencias negativas

Pero retengan lo esencial: traten de ser conscientes frente a todos los objetos que caen en sus manos y de los que se sirven. Lo primero que debéis hacer, es pedirle al mundo invisible que purifique, que exorcise este objeto para el caso de que ciertas personas, ciertos acontecimientos hubieran dejado en él huellas inarmónicas susceptibles de actuar desfavorablemente sobre ustedes.

Por tanto, comiencen por pedirle al Cielo su ayuda, a fin de que envíe ciertas entidades que saben cómo liberar esos objetos de todas las partículas y las influencias negativas. Y en segundo lugar, pidan a algunos espíritus, a algunos Genios, que tengan a bien habitar ese lugar o impregnar esos objetos para influirles favorablemente. Si hacen eso para todo, verdaderamente para todo, incluso para los vestidos que se compran y usan, verán entonces hasta que punto serán ayudados, sostenidos, fortalecidos. su vida tomará un nuevo sentido y bendecirán al Cielo por esta nueva luz.

(Concluirá…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov,
El Bonfin, 16 de Julio de 1967.

Obras Completas Vol. 32, Los Frutos del Árbol de la Vida
Cap. 23: Los objetos, receptáculos de la vida.