Hasta que el ser humano no haya desarrollado los órganos que pueden ponerle en contacto con las regiones y entidades más elevadas, puede afirmarse que no sabrá gran cosa. Podrá hablar, escribir, explicar, criticar, juzgar, pero seguirá inmerso en el error, porque sólo conoce una parte de la realidad.
Si quiere conocer toda la realidad, hace falta que se ejercite en despertar otras facultades que siempre ha poseído pero que están dormidas, a la espera de ser utilizadas.

Cuando la proyección astral era algo común

En una época muy lejana, cuando el hombre no había tomado verdadera posesión de su cuerpo físico, la tradición iniciática explica que vivía continuamente desdoblado, fuera de su cuerpo…

A medida que su espíritu empezó a descender progresivamente a la materia, desarrolló las facultades que le permitieron trabajar esta materia — los cinco sentidos —, al tiempo que dejaba que se debilitasen sus facultades mediúmnicas. Pero no las ha perdido, todavía las posee.

La época en que el mundo invisible era una realidad

Miren a los niños. Durante un tiempo, hasta los siete años, todavía no han entrado completamente en su cuerpo físico: reflejan el período en el que la humanidad estaba en ese estado evolutivo.

En aquella época, los hombres hablaban con los espíritus de la naturaleza y con las almas de los muertos, se comunicaban, se encontraban con ellos, y cuando morían, ni ellos mismos sabían si estaban vivos o muertos.

El mundo invisible, el mundo de los espíritus era para ellos real; flotaban en la atmósfera como si fueran inmateriales, y sólo de vez en cuando entraban en sus cuerpos físicos. En estas condiciones, no estaban en modo alguno preparados para trabajar en la materia.

Algunos aún tienen una intuición de la dimensión espiritual

Ahora bien, para evolucionar tenían que pasar por esta fase. Actualmente los hombres han adquirido fantásticos medios intelectuales para dominar la materia, pero, a su vez, han olvidado la existencia del mundo espiritual, han roto el contacto con él.

Ciertamente en algunos ha quedado un recuerdo, una intuición, pero la mayoría lo han olvidado.

Omraam Mikhaël Aïvanhov

(Continúa…)

Centros y Cuerpos Sutiles, Izvor 219
Cap. 1: Evolución Humana y Desarrollo de los Centros Espirituales.