Un pensamiento es un ser viviente, y en la región que habita, con los sutiles materiales de los que está formado, posee grandes poderes. La ignorancia de esta verdad, es la causa de muchas dificultades y problemas para los seres humanos. No ven, no sienten que sus pensamientos están trabajando, construyendo o destruyendo, y así se permiten pensar no importa qué, no importa cómo, y luego se sorprenden de lo que les ocurre.

Cada uno de nuestros pensamientos es una entidad viviente, por lo que deben observarse a sí mismos, para asegurarse de que proyectan sólo los mejores pensamientos, pensamientos llenos de amor, bondad, luz y paz. Aquí es donde el verdadero conocimiento comienza, con la consciencia de que un pensamiento es un ser real. Incluso si no podemos verlos u oírlos, menos tocarlos, todos los pensamientos, no importa lo débiles o insignificantes que sean, se comportan como criaturas vivas.

23 aout & 30 july montagne et cosmos

Una idea no es algo abstracto. Una idea es también un ser vivo: y una idea divina es una criatura que desciende desde el mundo del espíritu, y este ser viviente trabaja en ustedes. En tanto le cuiden, le alimenten, esta idea les moldea. Les da forma hasta el punto en que un día tendrán éxito en reflejar el mundo sublime donde está su origen: el mundo de los arquetipos, donde viven esas criaturas llamadas ideas. Es por ello que, antes de aceptar una idea, es tan importante estar vigilantes, lúcidos, y examinarla cuidadosamente para saber dónde les llevará.

En cualquier situación en la que se encuentren, sólo acepten trabajar por una idea divina; les dará todas las condiciones para mejorar ustedes mismos, y para hacerles ciudadanos del mundo en que la idea vive. Es a través de ideas que se relacionan con las regiones celestiales, son como abejas que les traen el mejor alimento para sus almas y sus espíritus.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 224, Poderes del Pensamiento