Los espíritus tenebrosos son hábiles, no se presentan ante ustedes con cuernos, con cola hendida y con las calderas del Infierno, no quieren asustarles: por el contrario, les prometen satisfacer todos sus deseos, y vuelven una y otra vez hasta que, como fruto maduro, caen a sus pies. Así es como seducen a todo el mundo: prometiéndoles poderes, placeres y dinero. De esta forma muchos se convierten en candidatos a la Logia negra, porque es imposible conseguir de inmediato todas esas cosas sin manifestar egoísmo, dureza, deshonestidad.

Sin embargo, también la Logia Blanca envía sus delegaciones, y éstas están compuestas de criaturas estupendas que persiguen e iluminan a los seres humanos, explicándoles las bendiciones que les esperan si siguen el camino de la luz. Los espíritus del bien y del mal trabajan de la misma manera, pero en direcciones opuestas. Los métodos son los mismos, no hay ninguna diferencia, excepto la finalidad, la dirección.

Los espíritus del bien les dicen: « Posiblemente no consigan la gloria, ni riquezas, porque su consignatario es el Príncipe de este mundo, pero nosotros tenemos otras cosas que darles; la luz, la paz, el saber, y por encima de todo la vida, la vida en abundancia. ¿Quieren venir con nosotros ? »

Los espíritus de la logia negra les halagarán y seducirán

Si están iluminados, si poseen el verdadero discernimiento, escuchan la voz de los espíritus celestiales; de lo contrario, naturalmente, caen en las redes de los espíritus tenebrosos.

No existen criaturas ante las cuales los espíritus luminosos no se hayan presentado, pero si estas criaturas permanecen sordas a sus voces, ¿qué pueden hacer ellos? Deben dejarlas a merced de las proposiciones de la Logia negra, que serán sin duda mucho más tentadoras, pues conciernen a las necesidades y a las satisfacciones del plano físico.

Los humanos tienen una naturaleza superior y una inferior

Como les he explicado, el ser humano posee dos naturalezas: una naturaleza inferior, a la que he llamado la personalidad, y una naturaleza superior, a la que he llamado la individualidad. Según su grado de evolución, el ser humano da preponderancia a una u otra de esas naturalezas, y evidentemente, conforme a las manifestación de una u otra, entra en contacto con las entidades del mundo de las tinieblas o con las del mundo de la luz.

Algunos dirán que no creen en las entidades del mundo invisible. Pues bien: el que crean o no, no cambia absolutamente nada: su naturaleza inferior y su naturaleza superior están ahí, y no pueden dejar de manifestarse. Y es el ser humano quien debe saber bajo qué influencia quiere colocarse.

Ustedes dirán: «Pero, ¿por qué el Señor no destruye esos espíritus del mal?» Porque tienen permiso para tentar; ese es su oficio, y son ustedes los que no deben ser tan tontos como para caer en sus redes. Dios nunca ha castigado al Diablo por tentar a los humanos; son los seres humanos quienes deben ser más fuertes y estar más iluminados, quienes deben comprender dónde se encuentra la verdadera plenitud y darse cuenta de por qué es preferible tomar tal dirección en lugar de tal otra.

No supondría un verdadero beneficio para el ser humano el ser llevado a pesar suyo por el camino del bien y de la luz. El Creador y los espíritus celestes lo dejan libre para que desarrolle su conciencia y aprenda a ser responsable de su orientación.

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 226, El Libro de la Magia Divina
Cap. 10, Todos practicamos magia.