Meditación, Contemplación e Identificación – entendiendo la diferencia

La meditación es una actividad del intelecto que se esfuerza en penetrar las actividades espirituales.

La contemplación es una actividad del corazón o del alma que se para en una imagen, en una cualidad o en una virtud, para alegrarse con su luz, con su belleza y comulgar con ella.

Y, por encima de la meditación y de la contemplación, está el trabajo mágico de identificación, que es una actividad de la voluntad, del espíritu que se identifica con el Creador, para crear.

Cada día es distinto

Algunos días el discípulo tiene más bien tendencia a trabajar con el intelecto; busca, ahonda, profundiza: medita. Otros días, se siente en la armonia, la paz, la beatitud, y se siente impulsado a contemplar. Finalmente, a veces experimenta un deseo de actuar, de crear, de desencadenar fuerzas: estos días es su voluntad la que se manifiesta. Seguramente han experimentado estos tres estados, pero quizás no los habían discernido bien, ni clasificado.

Reconociendo nuestra disposición

Llega el momento en el que deben conocerse, saber en qué disposición se encontraban hoy, en qué han trabajado, cuál era el factor predominante en su fuero interno. Según su naturaleza, claro, según si su intelecto, su corazón o su voluntad estén más o menos desarrollados, los discípulos tienen más afinidades con una actividad o con otra.

Deben aprender a conocerse, pues, a saber cuál es el factor más desarrollado en ustedes y cuál no lo está en absoluto, para ponerle remedio. Pero les daré un consejo: trabajen siempre con la facultad que está más desarrollada en ustedes, y pongan remedio, de vez en cuando, a las carencias y lagunas.

Trabajen con sus puntos más fuertes

No trabajen exclusivamente con sus facultades más débiles oon el pretexto de que hay que ejercitarlas. Es preferible buscar en uno mismo el factor más fuerte y trabajar con él. Después, de vez en cuando solamente, procurarán poner remedio a sus insuficiencias. Porque, si abandonan sus riquezas para ocuparse de sus miserias, no irán muy lejos y se desanimarán. Deben trabajar, al contrario, con sus talentos, con sus dones, con sus facultades, porque la riqueza atrae riqueza, y sólo cuando hayan ganado mucho pueden ir a ocuparse de sus lagunas.

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Comiencen por meditar en algo que amen

Obras Completas, vol. 18, Conócete a Ti Mismo: Jnani Yoga – Parte 2
Capítulo 6, Concentración – Meditación – Contemplación – Identificación

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