“Vuestro porvenir depende de la manera de alimentarse. Si se nutren mal en el plano físico, tendrán mala cara y todo el mundo les preguntará qué les pasa, puesto que la calidad de vuestro alimento puede cambiar vuestra apariencia. Lo mismo sucede con la calidad de vuestros pensamientos y sentimientos. Ciertos pensamientos y sentimientos son capaces de embellecerles, pero algunos otros, desgraciadamente, les afean. Entonces, ¿por qué no estar atentos?

La transformación del ser humano no puede hacerse sin la adquisición de partículas nuevas de una mejor calidad. Por eso, mantenerse en silencio durante las comidas no es suficiente. Este silencio debemos llenarlo con los pensamientos y sentimientos más elevados, porque entonces se convierte en algo poderoso y mágico que posee todos los elementos necesarios para la alimentación de nuestros cuerpos más sutiles.

El silencio no es un vacío, no existe el vacío en la naturaleza; todo está lleno de fuerzas, de materiales, de elementos cada vez más puros, y a medida que uno se eleva hasta las regiones superiores, este silencio poderoso y mágico resulta una mina de riquezas de la que podemos abastecernos.

Los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego), que corresponden a los cuatro estados de la materia, están contenidos en la alimentación que absorbemos todos los dias. Así pues, comiendo, podemos entrar en relación con los Angeles que presiden estos cuatro elementos: el Angel de la tierra, el Ángel del agua, el Ángel del aire y el Ángel del fuego, para pedirles que nos ayuden a edificar nuestro cuerpo fisico, para volverlo tan puro y sutil que se convierta en la mansión del Cristo, del Dios vivo.

4 Angels

Estos Ángeles representan determinadas cualidades y virtudes: el Ángel de la tierra, la estabilidad; el Ángel del agua, la pureza; el Ángel del aire, la inteligencia; el Ángel del fuego, el amor divino. Si cuando ustedes comen, se unen a estos cuatro Ángeles mediante el pensamiento, recibirán partículas de una calidad más espiritual, gracias a las cuales podrán construir sus cuerpos sutiles hasta alcanzar el cuerpo de luz.

El cuerpo de luz (o cuerpo glorioso) debe formarse mediante elementos de la mayor pureza, de la mayor intensidad, ya que únicamente las vibraciones intensas de la luz se oponen al proceso de la enfermedad y de la muerte, al desmembramiento, a la fermentación y a la disgregación… Cuando la luz triunfa en el ser humano, éste se convierte en inmortal. Por eso, es muy importante que a través de la alimentación aprendan a comer y a beber la luz con la convicción absoluta de que asi están recibiendo la nueva vida.

 

Así que cuando coman, únanse a los Ángeles de los cuatro elementos con estas palabras:

«Oh, Ángeles de la tierra, del agua, del aire y del fuego, dadme vuestras cualidades: la estabilidad, la pureza, la inteligencia, el amor divino…»

Y es así como entrarán en la nueva vida.

(Continuará…)

Omraam Mïkhael Aïvanhov

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El Yoga de la Nutrición, Izvor 204
Capítulo 4, «La elección del Alimento «.
Hrani Yoga, Obras Completas, Vol. 16.