– Los eventos en el mundo son simplemente el resultado de fuerzas que interactúan

No podemos hacer suficiente énfasis en la importancia de crear puntos focales de paz y luz para neutralizar las corrientes oscuras, caóticas, que circulan en el espacio. Es hora de que los seres humanos sepan cómo trabajan las fuerzas cósmicas. La física nos muestra cómo calcular el resultado de dos fuerzas interactivas, y esta ley es verdadera no sólo en el plano físico, sino también en el psíquico.

Si unos pocos miles de personas trabajan sinceramente por el bien de la humanidad en un lado, y por el otro, miles de millones están preocupados sólo de sus propios asuntos, son egoístas, celosas, vengativas, ¿cómo esperan que el bien y la paz triunfen? Tal como en la física, los eventos en el mundo son sencillamente el resultado de fuerzas que interactúan.

Ustedes pueden decir: «¡Pero hay más que unos pocos miles deseando el triunfo del bien!». Sí, ¡pero tan débilmente, con tan poco corazón! Lo que realmente quieren es levantarse una mañana, y encontrar paz, abundancia y felicidad a sus pies, sin tener que hacer nada para que ello ocurra. Los seres humanos desean la paz, eso es cierto – al menos una mayoría lo hace – pero cuándo entenderán que a través de su propia codicia, egoísmo, estrechez de mente e inercia, sólo pueden traer guerra.

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Así es como la Inteligencia Cósmica ha ordenado las cosas, pero los seres humanos constantemente trabajan en lo opuesto: toman todo para sí mismos y no dejan nada para sus veceinos. Bueno, esto puede durar por un corto tiempo, pero ninguna sociedad ha sobrevivido nunca demasiado tiempo basándose en el egoísmo, la injusticia y la crueldad.

Muchas personas pasan su tiempo acusando a otras de fomentar la guerra. Piensan que de esta manera están contribuyendo a la paz mundial. Algunos culpan a los ricos, otros dicen que la culpa la tienen los banqueros o los políticos. Los creyentes acusan a quienes no comparten su fe o fanatismo particular. Miren alrededor y verán que todos piensan que si se pudieran deshacer de algo o alguien más, la paz reinaría en el mundo.

Y aquí es precisamente donde todos se equivocan. Incluso si la humanidad se las arreglara para deshacerse de todos sus ejércitos y todas sus armas, el mismo día siguiente la gente encontraría otros medios para exterminarse los unos a los otros. La paz es algo que existe en nuestro interior; es un estado interior, una actitud interior, y no puede establecerse en el mundo sencillamente deshaciéndose de manifestaciones externas. Primero y ante todo, debemos deshacernos de las causas de la guerra en nuestro interior.

Por el momento, la mayoría de las personas aún no han entendido: mareados por los numeros medios a su disposición, los utilizan sin considerar que lo que encuentran útil y benéfico para ellos, lo es igualmente para otros. Usan y abusan de esos medios; es siempre un asunto de quién llegará aquí o allá primero, y se vuelven crueles e inhumanos. Pero esto no puede durar mucho tiempo. Estas precisas condiciones que los seres humanos mismos han creado, les forzarán a desarrollar sentimientos más fraternales.

Omraam Mikhael Aivanhov
Izvor 208, El Egregor de la Paloma o el Reino de la Paz
Obras Completas, Vol. 25,  Acuario: Llegada de la Edad de Oro, I