– Oración al despertar

Cuando despierten en la mañana, lo primero que deben hacer, ante todo, es dar gracias al Señor. Las primeras palabras que deben tener en los labios son:

«Te doy gracias. Señor, por darme vida y salud.

Llena mi corazón de amor y dame fuerzas para cumplir Tu voluntad,

para que todas mis acciones sean para Tu gloria y en Tu nombre.»

 

– Recordar los sueños

Después de que hayan dado gracias al cielo, deben intentar recordar sus sueños. Si se acostumbran a ello, constatarán que se les ha dado un programa durante el sueño. Pero es necesario hacerlo enseguida, en el momento en que las imágenes más importantes del sueño flotan todavía en el cerebro, porque poco tiempo después es raro el poder acordarse.

Algunas veces los sueños vuelven a la memoria a lo largo del dia, pero es mejor intentar acordarse por la mañana al despertar.

– Cómo levantarse

Enseguida, deben levantarse. Quienes se quedan mucho tiempo en la cama después de despertar corren grandes peligros psíquicos; siempre estarán tentados de quedarse sumergidos en el embotamiento, en una embriaguez astral donde flotan ciertos pensamientos perezosos y sensuales. Ello es suficiente para destruir el carácter, matar la voluntad, y deformarles para siempre. Esta costumbre crea un perezoso, un ser sumergido únicamente en su imaginación y empujado al placer.
Deben descender de la cama de frente, nunca hacia atrás; y el pie derecho es el que deben apoyar primero en el suelo. Cada movimiento que hagan al levantarse debe ser consciente y ejecutado correctamente. Estos detalles pueden parecerles sin importancia, pero en realidad todo es significativo.

 

Jwo ablutions

– Cómo lavarse en la mañana
Una vez levantados, deben primero lavarse. Antes de orar, antes de hacer cualquier cosa, deben lavarse las manos y la cara, y sobre todo no toquen sus ojos antes de haberse lavado las manos.
Dice la Cábala que en cuanto una persona se duerme, un espíritu impuro se pega a su cuerpo físico, y que al despertarse, este espíritu queda todavía pegado a sus manos y a su cara. Así pues, cuando nos levantamos, nuestras manos y nuestra cara están todavía bajo el dominio de este espíritu impuro; por eso no debemos hacer nada sin haber eliminado esta capa fluida de impurezas que las impregnan.

Cuando se laven, concéntrense en la sensación de frescor que el agua produce en vuestra piel. Esta sensación aclarará sus pensamientos. Sientan que están realizando un acto sagrado y digan:

«Que el amor de Dios resplandezca sobre mi rostro»

O bien:

«De la misma manera que lavo mi cara física, así sea lavada mi cara espiritual».

O incluso:

«En nombre del amor inmortal y eterno,

en nombre de la sabiduría inmortal y eterna

en los cuales vivimos y tenemos nuestra existencia,

que esta agua me libre de todas las impurezas».

Y recen unos minutos.

(Continuará…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, Vol. 13, La Nueva Tierra: Métodos, Ejercicios, Fórmulas y Oraciones.