Lo comprendo, mis queridos hermanos y hermanas, no tienen tiempo para meditar por la mañana, porque deben irse a trabajar. Pero aquí en el Bonfin no tienen prisa, tienen muchas más posibilidades, así que aprovéchenlas.

Aprovechen que estamos juntos para crear unas ondas, que van a hacer todo un trabajo en ustedes mismos y en el mundo entero. Los seres humanos prefieren quedarse en la superficie, y no desean poner en movimiento nada luminoso y divino dentro de si mismos.

Los seres humanos sólo perseveran cuando se trata de beber y del amor

Así que, mis queridos hermanos y hermanas, deben ejercitarse, y no sólo durante unos minutos, porque, ¿qué se puede hacer en unos minutos? Les daré una imagen. Están al borde del océano y con un bastón, que hacen girar, empiezan a agitar el agua: poco a poco algunas ramitas, algunos trozos de papel, algunos tapones de corcho empiezan a girar y, si perseveran, pronto lo harán pequeños barcos.,, grandes barcos… y el mundo entero va a girar también. El mundo etérico en el que estamos sumergidos es semejante al océano, y gracias al pensamiento pueden remover el mundo entero, siempre que no se detengan.

Pero, como se detienen, nada se produce. Sólo cuando se trata del alimento, de las bebidas y del amor los humanos están dispuestos a continuar. Sobre todo para el amor, quisieran que la cosa durase toda la eternidad.

Pero la naturaleza equipó a los humanos con un mecanismo de seguridad

Gracias a Dios la naturaleza es muy sabia. Vio que los humanos eran capaces de hacer saltar por los aires todo lo que hay en ellos y puso… un dispositivo de seguridad, como dicen. Pero para eso, para revolcarse en los placeres, los humanos estarían dispuestos a seguir día y noche.

Mientras que para las actividades del alma y del espíritu, lo he visto, meten la mano en el agua bendita, balbucean unas palabras para rezar antes de acostarse, y ésta es su espiritualidad. ¡Pero el Cielo se ríe cuando ve a semejantes espiritualistas!

Para los Iniciados, todo su placer está en distribuir su riqueza

Mientras no hayamos comprendido las reglas en las que se basa la vida espiritual, no podemos llegar a ser conductores del mundo divino, obreros en el campo del Señor. Deben continuar y profundizar hasta que todas las partículas se vean arrastradas en la dirección que ustedes han decidido para realizar este trabajo, no sólo sobre ustedes mismos, sino también sobre todas las criaturas de la Tierra y, más lejos aún, del cosmos.

El Sol envía su luz y su calor a todo el universo, pero no se inquieta por saber quiénes se benefician. Lo mismo que el Sol, existen Iniciados que envían su luz y su amor a través del cosmos, y ellos tampoco se preocupan de saber si las criaturas se benefician o no de ello. Se sienten felices, colmados, todo su placer está en distribuir sus riquezas por el universo entero .¿Se dan cuenta del camino que hay que recorrer para llegar a este grado de perfección?

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 18, Jnani Yoga II