– Las cosas del espíritu deben tener expresión concreta – una firma.

Cuando un niño se enamora de una niña, ¿qué intenta hacer? No pasa mucho hasta que intenta besarla. ¿Por qué no está satisfecho con mantener su relación en el nivel del pensamiento y el sentimiento? ¡Ah, en esta área, los hombres y mujeres se comportan tal como la inteligencia cósmica lo ha planeado!

Pero debemos recordar que las cosas del espíritu también deben tener una expresión concreta en nuestros actos, nuestra actitud y nuestro trabajo. De otra forma son tan inútiles como una carta o un contrato sin una firma. La firma representa la expresión concreta, la realización.

O tomen otro ejemplo: un general prepara un brillante plan de ataque, del que está seguro le traerá la victoria, y tiene puesto su corazón en esta victoria. ¿Pero de qué le sirve este plan de batalla, si nunca da la orden de atacar? La «firma» que valida su plan es la orden de atacar, que lo implementa en el plano físico.

Algunos de ustedes probablemente pensarán que me estoy contradiciendo a mí mismo. Dirán: «Usted siempre está criticando a los materialistas por preocuparse sólo por sus intereses terrenales. Dice que están trabajando para beneficio de ladrones, porque no se les permite llevar nada de la fortuna que adquieren con ellos. Llegarán a la próxima vida desnudos y despojados, y nadie les dará la bienvenida.».

 

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Pero no hay contradicción aquí, porque una cosa es preocuparse de nada excepto el dinero y las posesiones, y otra muy distinta es esforzarse para manifestar el cielo, la bondad y la luz en el plano físico.

Cuando lo que logran aquí en la tierra es verdadero, luminoso y divino, se les permitirá llevárselo con ustedes, y de esta forma crearán su propio futuro. Pero si están conformes con pensar y desear que nunca lograrán nada, estarán desnudos cuando dejen este mundo, porque no habrán dejado su firma en nada.

(Continuará…)

Omraam Mikhael Aivanhov
Obras Completas, Vol. 26, Acuario: Llegada de la Edad de Oro, Cap. 2