-La verdadera religión es eterna: no puede ser destruida

Imagen superior: Mezquita Azul, Estambul. No debe ser confundida con la Iglesia Santa Sofía, que está en la imagen de abajo.

Recientemente recibí una carta de algunos hermanos y hermanas en Turquía. Me contaban que algunos amigos les habían invitado a cenar, y que entre los invitados había un estudioso turco muy viejo e instruido, quien les dijo: «El Islam es una religión maravillosa, y somos extremadamente afortunados de ser musulmanes, pero qué mejor sería si hubiera una sola religión universal.». Obviamente este estudioso se daba cuenta que el Islam no era la religión universal, y ciertamente no está solo en estas apreciaciones. Debe haber mucha gente alrededor del mundo que está sintonizada con la misma idea, y que se da cuenta que ya no es suficiente que tengamos tantas religiones, cada una adaptada a una sola raza, nación o tribu, que es tiempo que encontremos una religión universal.

Quizás tienen la impresión de que quiero destruir la religión. No – aunque si esa fuere mi intención, le puedo dejar esa tarea fácilmente a otros, pues mucha gente ha estado intentando destruirla por siglos – la verdadera religión es eterna: no puede ser destruida. Incluso aunque muchos libros sagrados contienen elementos que ya no son apropiados para nuestra era, aún contienen miles de verdades esenciales que durarán por toda la eternidad. Nadie puede destruir esas verdades, pues todos esos grandes seres, todos esos profetas que fueron enviados a traer esas verdades en el mundo, fueron inspirados, guiados y habitados por el Señor. Sólo fue más tarde, después que dejaron este mundo, que ciertas distorsiones se desarrollaron, ya sea porque no tuvieron tiempo para explicarlo todo completamente, o porque otros les malentendieron. Mientras más avancen, más claramente verán que si una de ellas fuera realmente la religión universal, la humanidad estaría mucho mejor que hoy.

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Iglesia Santa Sofía, Estambul

Cualquiera que desee encontrar una verdadera religión universal, puede hacerlo. Ha existido por toda la eternidad. Los seres humanos aún no la reconocen, pero siempre ha estado ahí. Miles de religiones han ido y venido por el mundo – sería imposible contarlas todas – y todas se han desintegrado y desaparecido al final. Pero hay una sola religión verdadera, y esa religión nunca desaparecerá. La nueva religión debe alcanzar a todo el universo. Debe ser como el sol que ilumina y abriga a todas las criaturas, todas las plantas y animales, en cambio las religiones existentes iluminan y abrigan a sólo unos cuantos millones de seres humanos en el mundo. Y quién puede decir cuanta luz y calor esos millones realmente obtienen de ellas, ¡o cuantos millones nunca han escuchado de ella y están mucho mejor así!

Pero ahora la era de Acuario se acerca y traerá la religión universal al mundo. Acuario es el agua, el torrente de vida y amor desde donde todas las criaturas beben, y trae consigo la nueva religión. Ninguna religión es capaz de dar a la humanidad esta agua si no es universal. El agua es universal: no hay una sola criatura que no la necesite. El agua es universal como el aire es universal: como la luz es universal.

La nueva religión será fundada sobre elementos universales, capaces de satisfacer el hambre y la sed de todos los seres humanos. En este momento aún vemos a cristianos volviéndose budistas, hindúes, o musulmanes; judíos, hindúes y musulmanes volviéndose cristianos, y así sucesivamente. Esto significa que no hay una religión que sea universal. Cuando la religión universal llega, nadie necesitará vagar en búsqueda de algo más: todo pertenecerá a la religión universal.

(Continuará…)

Omraam Mikhael Aivanhov
Obras Completas, Vol. 26, Acuario: Llegada de la Edad de Oro, Cap. 2

Imagen principal: Mezquita Azul, Estambul.