«El año era 1992, y había tomado la tarea de escribir una biografía de Omraam Mikhaël Aïvanhov, este gran Maestro espiritual nacido en Bulgaria, quien había trazado un nuevo camino, una forma de vida que él llamaba «El camino de la Luz». En el curso de siete largos años de investigación, iba a encontrar que él era incluso más extraordinario que lo que podría haber imaginado: un creador de belleza, de amor, y de fraternidad para toda la familia humana: un arquitecto de una nueva era en la Tierra

Esas son las palabras de Louise-Marie Frenette, en la introducción de su fascinante biografía, La Vida de un Maestro en OccidenteThe Life of a Master in the West«). El proyecto requirió una profunda investigación en los archivos de sus conferencias, cientos de entrevistas con personas que le habían conocido, dos viajes a Bulgaria – su país natal – varios viajes a diferentes países europeos, y repetidas estadías en el Bonfin, su principal centro de enseñanza en el sur de Francia. Fue un enorme trabajo que tomó siete maravillosos años.

Los extractos en esta mini-serie, describen el encuentro de Mikhaël Aïvanhov con su Maestro, Peter Deunov, a los diecisiete años de edad, en Varna, en la costa del Mar Negro en Bulgaria. 

«Naciste cuatrocientos años muy pronto», se le dijo. Sí. Mientras oíamos a Omraam Mikhaël Aïvanhov, en Francia, en Suiza, o en Canadá, a veces teníamos el mismo pensamiento. Lo que deseaba para la humanidad aún parecía tan remoto, tan difícil de lograr. Y aún así, él mismo era tan parte del mundo encarnado, y su enseñanza tan bien adaptada a nuestras necesidades, que sabíamos que estaba en lo correcto. En efecto, nuestras esperanzas se volvían más y más fuertes. Mientras una era comienza a cerrarse y otra – la era de Acuario – comienza, el mensaje de Omraam Mikhaël Aïvanhov es uno de fraternidad y amor, de luz y pureza, de todo lo que puede ayudar a los hijos de este mundo a redescubrir que son hijos e hijas de Dios.

El poder de su enseñanza radica en ello: es de importancia primordial transformarnos a nosotros mismos, pero es igualmente importante transformar el mundo en un jardín paradisíaco. Hoy, hombres y mujeres, incluso los niños, se están volviendo más conscientes que nunca antes, de la necesidad de ayudarse el uno al otro, de volverse una sola familia unida en amor y paz.

Una Edad de Oro para la humanidad – esta era su visión: una fraternidad universal abrazando a toda la humnidad, el reino de Dios volviéndose una realidad terrena. Es por ello, que cuando hablaba de Rama, el gran ser legendario que trajo una Edad de Oro al mundo en el pasado distante, su voz resonaba con tanto entusiasmo. El veía lo que podía ser.

(Continuará…)

Louise-Marie Frenette,
The Life of a Master in the West, Introducción. (Click en ‘look inside’)
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