-Usen estos secretos solo con el propósito de hacer el bien
Una vez que su larga etapa como aprendices había terminado, algunos nuevos iniciados iban a Persia, a ser iniciados en los Misterios de Mitra, otros a India, a recibir la enseñanza de los brahmanes.
Antes de dejar el templo y despedirse de sus profesores, han jurado bajo pena de muerte no contar los secretos que se les habían revelado. Si alguna vez hablaban de lo que habían aprendido y experimentado, usaban mitos y parábolas para oscurecer o velar la realidad, mientras la revelaban al mismo tiempo. Esta es la razón de por qué algunos dicen que el verbo “revelar” significa originalmente “re-velar”.
El Tarot, por ejemplo, el que muchos ocultistas han intentado descifrar, es simplemente un resumen de la inmensa ciencia de los iniciados egipcios, condensada en unas pocas imágenes simbólicas. ¿Quizás piensan que no es posible? Sin embargo lo es. La Naturaleza es la maestra de todos los iniciados: aprenden al observar e imitar a la naturaleza. ¿Y qué hace la naturaleza?
Tomen el ejemplo de un árbol: un árbol crece, produce hojas, flores, y frutos. En el fruto están las semillas o un cuezco, que contiene un resumen en miniatura del árbol que le originó. Cuando toman una bellota o una semilla de haya en sus manos, están sosteniendo un bosque en potencia. ¿Cómo puede la naturaleza condensar todas esas fuerzas y propiedades en un espacio tan pequeño? Es un misterio.
Pero los iniciados, que observan las formas en que opera la naturaleza, y han aprendido a imitarla, pueden condensar todo lo que saben en unas pocas imágenes o símbolos. Es por eso que digo que una vida entera sería demasiado corta para interpretar esos símbolos y aplicarlos a todas las áreas de la vida a la que se refieren.
Aunque hablé antes sobre algunos de los autores que fueron influidos por los Misterios egipcios, quiero ponerles muy en claro que no pueden volverse Iniciados sólo por leer libros iniciáticos. La Iniciación es una labor constante de organización, purificación, y de dominio sobre nosotros mismos.
El fenómeno que vemos hoy – el creciente interés en libros que tienen que ver con lo oculto – no es una expresión de una necesidad genuina de espiritualidad, sino una fascinación por lo desconocido, lo misterioso, lo prohibido. Y los resultados de esta fascinación son obvios: tales libros no harán a nadie más sabio, mejor balanceado, o más puro.
Al contrario, solo sirven para liberar las fuerzas oscuras que acechan al interior de los seres humanos, para crear desorden en sus ideas, y llevarlos bajo la influencia de entidades inferiores que buscan su caída.
Por siglos, algunas religiones han estado combatiendo la tradición iniciática, lo que es un error. Pero el presente estado de cosas – donde las ciencias ocultas son accesibles a cualquiera, no importa lo débil, vicioso o malevolente que sea – no es tampoco la solución ideal. También, se está realizando investigaciones intensivas en algunos países respecto a los poderes del pensamiento, de forma que pueda ser usado para propósitos destructivos, y esto es tan peligroso e incluso más reprobable moralmente, que la investigación orientada al desarrollo de armas atómicas.
Los seres humanos no tienen el derecho de usar la facultad divina del pensamiento, para un propósito maligno. Eso es magia negra: y quienes la practican no se dan cuenta que, tarde o temprano, se va a devolver hacia ellos de la forma más terrible. Pues todos los pensamientos y sentimientos, sean buenos o malos, que emanan de un ser humano, siguen un curso circular a través del espacio, y terminan volviendo a su punto de partida: y para el momento en que alcanzan ese punto están grandemente amplificados.
(Concluirá…)
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, Vol. 30. Vida y Trabajo en la Escuela Divina.
Capítulo 8, El significado de la Iniciación.
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