A la luz de la filosofía espiritual del Maestro Omraam Mikhael Aivanhov…

‘En el futuro los artistas no serán juzgados por sus escritos, pinturas o esculturas: la gente querrá conocer a las personas mismas, para así admirar la belleza y la música que emana de ellos y de su vida. Todos querrán llevar una vida de poesía y expresar música en sus gestos, pensamientos y sentimientos, todos querrán dibujar los rasgos de sus propios rostros, y tallar las líneas y contornos de su propio ser a imagen de Dios.’

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El Maestro reconoce que todos los seres humanos han recibido la necesidad de crear, de expresarse, ya sea a través de la creación de un hijo o a través de la expresión artística, como en la pintura, poesía, música, danza o escultura. Pero esta necesidad interna no es suficiente. A fin de crear algo realmente bello, capaz de ennoblecer y elevar a otros, los creadores deben hacer primero grandes esfuerzos para sobrepasarse a sí mismos, para levantar sus conciencias a través de la oración y meditación, visitando las regiones más altas del mundo invisible, a fin de recibir inspiración divina de las entidades que habitan ahí. Es esta práctica la que dio elementos inmortales, sublimes, a las obras maestras creadas por artistas del pasado como Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Mozart.

Sin embargo, muchos artistas hoy buscan su «inspiración» en night-clubs o en las regiones más bajas de su subconsciente: no están conscientes de que necesitan prepararse a sí mismos antes de intentar crear, o que su método no está de acuerdo con la inteligencia de la naturaleza. El proceso natural de la creación, es que el orden, la belleza y la perfección emerjan y se desarrollen a partir del caos – una sola célula se divide y gradualmente se diferencia para crear un ser complejo, y aún así, mucho arte contemporáneo se mueve en la dirección opuesta.

Así, desde el punto de vista del Maestro y de la Ciencia Iniciática, mucho del arte contemporáneo, con sus formas incoherentes e inconexas, y sus sonidos discordantes, ha perdido de vista su verdadero rol y misión:

‘La verdad es que si son artistas, deben conseguir algo que nadie ha logrado, algo tan bello e inspirador, que empuje a los corazones y almas hacia arriba, en el sendero de perfección hacia el Señor. Así es como los iniciados entienden la misión del arte: Conducir a los seres humanos al cielo, no al infierno, la discordia y el desorden. Todo lo que ustedes ven y escuchan, influencia a su sistema nervioso, y cuando no ven nada sino desorden, el desorden necesariamente entra en ustedes; en cambio, cuando contemplan belleza y armonía, belleza y armonía entran en ustedes. Es una ley mágica.’

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El libro 233 de la Colección Izvor, ‘Creación Artística y Creación Espiritual’ es una recopilación de conferencias dadas por Omraam Mikhaël Aïvanhov sobre las influencias mágicas de la belleza, la armonía y la luz, tal como se expresan a través de varias formas de arte, pero, sobre todo, a través de seres que han creado su propia «obra maestra viviente». Esto evoca una nueva cultura dorada del futuro en que todos serán artistas de sus pensamientos, sentimientos, gestos, palabras y miradas, aprendiendo a vivir cada minuto del día poéticamente, en otras palabras, estando vibrantemente vivos, cálidos y expresivos, regalando sus sonrisas, su calidez y luz a otros. Las conferencias cubren temas tales como el trabajo con la imaginación: cómo, bajo el efecto de la voluntad y de un ideal espiritual, la imaginación se vuelve un agente mágico, capaz de atraer elementos correspondientes a nuestros pensamientos y deseos, y de concretarlos en el mundo físico.

En «Cómo escuchar música», se describe cómo este proceso de imaginación es ayudado al utilizar las fuerzas y energías que contiene la música – Podemos visualizarnos poseyendo las cualidades y virtudes que necesitamos para desarrollarnos, mientras oímos la música de grandes compositores clásicos, en especial de sus trabajos corales.

También se revela la noble misión de los cantantes en esta nueva cultura: «Despertar la conciencia», y ganar almas para la luz. Nos muestran cómo el interpretar las canciones del maestro Peter Deunov o coros clásicos, puede ser un trabajo de espiritualización, primero en nosotros mismos y luego en otros. El canto no es sólo un pasatiempo placentero, se vuelve una importante práctica espiritual, ayudándonos a espiritualizar las energías sexuales, y a experimentar intercambios sutiles y armoniosos con otros. Y a través del poder del sonido, los seres humanos se vuelven creadores en los mundos sutiles – sus sonidos se expresa como formas y colores invisibles, e incluso son capaces de influir a la materia.

 

‘Pero como creadores, quizás el uso más noble que los seres humanos pueden hacer de sus facultades espirituales, mentales e imaginativas, es en un trabajo de idealización – los seres humanos deben alimentar pensamientos sagrados hacia los otros. Gracias a estos pensamientos, ayudarán a sus hermanos y hermanas a evolucionar y se santificarán ellos mismos. El Maestro describe un futuro donde todos aprenderán a hacer su trabajo creativo, proyectarán en la luz a amigos, seres amados y a todos quienes conozcan, ya no volverán a ser felices disminuyendo o hablando mal de otros, al contrario, aunque no serán ciegos a su naturaleza inferior, hallarán felicidad enfocándose únicamente en la naturaleza superior, divina, de los demás.

Este trabajo puede ser hecho tanto para otros como para uno mismo. Muchas personas pueden objetar que esta práctica representa un escape de la realidad. Al contrario, «la única forma en que pueden conocer la realidad, es si idealizan y divinizan a cada ser viviente, incluyendo a ustedes mismos.

Así que, en realidad, la creación más profunda es que los seres humanos fortalezcan su voluntad, purifiquen su corazón, iluminen su mente, expandan su alma y santifiquen su espíritu, para hacer de ellos mismos templos del Dios Viviente: Para reemplazar todas las viejas partículas gastadas de su cuerpo, con las partículas divinas, luminosas, que han recibido a través de la contemplación de la belleza divina, especialmente de los rayos del sol naciente.

En esta recopilación de conferencias, los lectores tendrán la impresión de que son expuestos a la verdadera belleza, a la verdadera poesía que fluye directamente desde una fuente divina. A través de estas conferencias, se puede observar que el Maestro mismo parece una obra de arte viviente, uno de aquellos que:

‘prenden fuego al mundo, por el solo hecho de su presencia en la tierra, pues todos los colores y formas, toda la música y la poesía del mundo se pueden ver y oír a través de ellos.’.