«Para quienes sienten la necesidad de acercarse al Creador, de tratar de penetrar su inmensidad, la religión entrega algunos medios, entre los cuales están la oración, la asistencia a ceremonias religiosas, y al obediencia de ciertas reglas.

Estos medios son buenos pero son insuficientes. Si desean acercarse más a Dios, no es suficiente experimentar emociones místicas y regirse por ciertas reglas: También necesitarán la comprensión profunda del universo, que sólo les puede dar una explicación sistemática.

Fue en la tradición judía de la Cabbalah, en lo que es conocido como el Árbol Sefirótico, o Árbol de la Vida, que encontré lo que me pareció el mejor y más completo sistema, pues es el de más profundo alcance y el más exacto.

El Árbol Sefirótico es una verdadera síntesis del universo. Para mí, es la llave que nos permite abrir los misterios de la creación.

El símbolo visual es extremadamente simple, pero los contenidos son interminables. Muchos episodios contados en el Viejo y Nuevo Testamento, pueden ser entendidos sólo bajo la luz del Árbol Sefirótico.

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Los cabalistas dividen el universo en diez regiones o sephiroth, los que corresponden a lo numeros del Uno al Diez (La palabra sephirah, singular de sephiroth, significa «numeración».). Cada sephirah está identificado por cinco nombres: El nombre de Dios, el nombre de la sephirah misma, el nombre del líder de la orden angélica, el nombre de la orden angélica, y finalmente el nombre de uno de los planetas.

Así, cada sephirah incluye cinco planos del ser, y ustedes entenderán mejor la naturaleza de estos cinco planos distintos, si saben que corresponden a los cinco principios en el ser humano: El espíritu, alma, intelecto, corazón, y cuerpo físico. El plano divino se corresponde al espíritu humano, el de los sephiroth al alma, el lider de la orden angélica al intelecto, la orden angélica al corazón, y el planeta al cuerpo físico.

De esta forma, cada sephirah es una región habitada por una orden de espíritus luminosos, bajo el liderazgo de un Arcángel, quien está directamente sujeto a Dios. Por supuesto, es Dios quien gobierna las diez regiones, pero bajo un nombre distinto en cada una. Es por eso que la Cábala dice que Dios tiene Diez nombres. Estos Diez nombres corresponden a Diez atributos distintos. Dios es uno solo, pero se manifiesta de formas distintas de acuerdo a la región.

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¿Por qué los cabalistas llaman a esta figura el Árbol de la Vida? Porque los diez sephirah se deben ver como un todo orgánico, y se pueden entender mejor al compararlos con un árbol.

¿Cómo está constituido un árbol? Tiene raíces, un tronco, ramas, hojas, flores, y frutos, y todos esos elementos son interdependientes. En forma similar, los Sephiroth están unidos los unos con otros por canales de comunicación conocidos como «senderos». Estos senderos, 22 en total, están designados por las 22 letras del alfabeto hebreo.

Los 22 senderos y diez sephiroth se suman en lo que son conocidos como los 32 «caminos de sabiduría», que pertenecen simbólicamente al sephirah Chokmah.

Entenderán mejor la naturaleza y función de esos 32 senderos si ven que se relacionan con los 32 dientes del ser humano. En efecto, ¿no se habla de una muela del Juicio? Tenemos 32 dientes con los que masticamos nuestra comida, y los 32 senderos pueden ser vistos metafóricamente como dientes, con los que masticamos el alimento físico y espiritual que recibimos cada día.

Ahora quizás se estén preguntando: ¿Por qué diez Sephiroth? ¿Está el universo realmente dividido en diez regiones? No, no lo está, y esto expone un punto muy importante que deben entender. El Árbol Sefirótico no está diseñado para enseñar astronomía o cosmología. Representa una visión de mundo sistemática, que es de naturaleza mística, y cuyos origen pueden ser trazados a miles de años atrás.

Los seres excepcionales que lo concibieron, no tenían telescopios o lentes de larga distancia a través de los cuales estudiar las estrellas. Fue a través de meditación, contemplación, y la intensidad de su vida interior, que fueron capaces de captar la realidad cósmica y hacerla inteligible con la ayuda de imágenes y descripciones simbólicas. Así, como digo, el Árbol Sefirótico no es una descripción exacta de nuestro universo: Y esto explica la ausencia de ciertos planetas, la posición del sol, y así sucesivamente.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Extracto de Izvor 236, Del hombre a Dios: La noción de jerarquía.