– Los seres humanos son como plantas en reversa
La Tradición nos dice que la luna ejerce una influencia muy espacial sobre la tierra – no sólo por su influencia magnética sobre las mareas, las plantas y sobre el ciclo femenino, sino también una influencia mágica. La luna siempre tiene la misma cara mirando hacia la tierra, y lo que nadie sabe, es que la cara oculta de la luna es un verdadero infierno, un basurero para todos los males causados por la humanidad, y que todo ese mal puede, un día, ser desencadenado sobre la tierra.
Pero observemos un aspecto de la luna que tiene gran importancia en nuestras vidas cotidianas. Decimos que la luna crece y mengua, en realidad, por supuesto, esto es sólo una forma de expresarse, así como decimos que sol sale y se pone, la luna siempre es la misma, pero aquí en la tierra la vemos crecer o menguar según su posición relativa respecto al sol y la tierra. Crece por catorce días, y luego mengua por otros catorce. Estas fases de la luna producen cambios no sólo en los océanos y los reinos animal y vegetal, sino también en la vida biológica, intelectual y física de los seres humanos e incluso de las sociedades.
Las fases de la luna afectan a todas las criaturas. En tanto estemos sobre la tierra y tengamos un cuerpo físico, estamos necesariamente sujetos a la influencia del sol, la luna y los otros planetas. Incluso los iniciados están sujetos a estas influencias, la única diferencia consiste en que, para ellos, su efecto no es negativo. Cuando era joven, yo era extremadamente sensible a la influencia de la luna; hoy, aún me afecta, pero no de la misma forma. Nunca necesito consultar un almanaque para saber si la luna crece o mengua; mi propio cuerpo me lo dice.
Durante la luna menguante, por lo tanto, observen lo que ocurre en el interior de ustedes; tengan un ojo en ustedes mismos, y no se embarquen en ninguna nueva iniciativa importante, pues puede que no tengan las fuerzas suficientes para llevarlas a cabo hasta el final. Deben darse cuenta, también, que sólo las energías que extraigamos de lo alto, son realmente puras. Los seres humanos son como plantas en reversa: sus raíces están en lo alto, en el cielo; sus cerebros hacen el trabajo de las raíces, al tomar energía desde el plano causal.
Los cerebros de las plantas, por otra parte, son sus raíces, las que están enterradas en el suelo; sus hojas son sus pulmones, y sus flores son sus órganos reproductores. Una planta cuyas raíces no han hecho su trabajo bien, no puede producir fruto. Muy a menudo, de hecho, si un árbol no tiene frutos, es porque sus raíces están inhibidas de alguna forma. De manera similar, un ser humano será improductivo e incapaz de manifestarse a sí mismo en el plano físico, si su cerebro no toma fuerza y vitalidad desde el cielo.
Para concluir, permítanme recordales que las diferentes fases de la luna, siempre pueden ser usadas para el trabajo espiritual. Supongan, por ejemplo, que quieren mejorar su fuerza de voluntad o su salud, o poseer mayor sabiduría, amor o luz: esperen a que la luna esté creciendo, y entonces de noche mírenla, eleven su brazo derecho y digan: «Así como la luna crece en los cielos, que así todo mi ser se llene con salud y vigor – o con amor, luz, etc.- de forma que me convierta en un verdadero servidor de Dios.» Deben repetir la fórmula tres veces. Si hacen este ejercicio regular y frecuentemente, verán resultados, pues es un rito mágico, y la magia siempre es efectiva, siempre es poderosa.
Y cuando la luna esté menguando, pueden usar la fórmula opuesta: «Así como la luna está menguando y disminuyendo en el cielo, que así tal y tal vicio o debilidad disminuya y desaparezca, por la gloria de Dios.». Aquí, también, deben repetir la fórmula tres vecs, con su mano derecha elevada. La Ciencia Iniciática nos enseña a utilizar absolutamente todo para nuestro avance y perfección».
– El Bonfin, 16 de Agosto de 1966
Omraam Mikhael Aivanhov,
Obras Completas, Vol. 32, Los Frutos del Árbol de la Vida
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