Supongamos, por ejemplo, que miran un prisma con la conciencia de la personalidad: está ahí, es un objeto bien delimitado, un cristal con tres caras, transparente, y la luz que lo atraviesa se descompone en siete colores. Es muy bonito, es magnífico, pero nos quedamos al nivel de la conciencia ordinaria; todo el mundo sabe observar de esta manera.

Pero cuando comenzamos a desarrollar la conciencia de la individualidad no miramos ya el prisma como un objeto de cristal separado de nosotros; nos situamos en este prisma, penetramos su esencia, sentimos y comprendemos su naturaleza desde el interior, y todas las nociones y percepciones que podamos tener de él son completamente diferentes.

Volverse uno con plantas y animales

Si miramos una planta, entramos en ella, nos fusionamos con la vida que en ella fluye, sentimos todo lo que le sucede como si nosotros mismos fuésemos esta planta. Y de esta manera conocemos sus propiedades, sus virtudes medicinales y todas sus posibles aplicaciones. O incluso, si nos encontramos delante de un animal, penetramos en él, de forma que nos convertimos en el propio animal, sin perder nuestra conciencia de humanos

Ese es un método que lo cambia todo, pero que de momento es aún desconocido por ustedes porque con la educación e instrucción que se da, los humanos no pueden conocer todos los aspectos de la verdadera vida y viven solamente en la vida de la personalidad en la que sólo se perciben las formas, las dimensiones, los pesos, las distancias y los tiempos.

El tiempo y el espacio no existen para nuestro Yo Superior

Ensanchen su conciencia, entren en la conciencia de la individualidad; allí no hay tiempo ni espacio y todas las criaturas, todos los seres alejados de ustedes por millones de kilómetros, ¡los sentirán vivir en ustedes!… No hay ni pasado ni futuro; todo lo que está en el futuro, está ahora en vuestra alma. Es el eterno presente: todo lo que deseáis conocer, todos los sucesos del lejano pasado o del futuro, pueden conocerlos instantáneamente.

Para desarrollar esta conciencia es necesario controlar a la personalidad evitando caer en sus trampas, en sus valoraciones, en sus nociones, en su rebeldía, en su anarquía, en sus pasiones y en sus elucubraciones. En tanto nos dejemos arrastrar por el engranaje de esta vida personal, llena de divisiones y separaciones, viviremos continuamente en el odio, los enfados, los conflictos y las venganzas, ya que ésta es la naturaleza de la personalidad. Todas las anomalías de la vida proceden del hecho de vivir los hombres exclusivamente en su personalidad.

Estas explicaciones hablan de una cuarta y una quinta dimensión

Sólo unos pocos hacen esfuerzos para ver más alto, más lejos y más allá, a través de los ojos del espíritu, a través de la parte divina que en ellos vive y, ¡ qué diferentes son los resultados entonces! Tienen otras sensaciones, otras concepciones… Resulta difícil expresarme… Está claro en mi cabeza, pero no llego a encontrar las palabras precisas porque se trata de realidades de una cuarta, de una quinta dimensión, y al igual que nos sería difícil explicar la tercera dimensión a criaturas que viviesen en dos dimensiones, yo no puedo darles una idea de la cuarta dimensión… ¡Es inexplicable!

Cuando se dice que la personalidad no es de origen divino, es una manera de hablar. En realidad todo tiene su origen en Dios.

(Continúa…)

Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, Vol. 11, La Clave de los Problemas de la Existencia