Pero vuelvo a hablarles sobre lo esencial: independientemente de que se crea o no en la supervivencia del alma después de la muerte, todo se registra en nosotros sin saberlo. La naturaleza ha superado desde hace mucho tiempo, a los más grandes especialistas electrónicos, ha situado en un extremo del corazón del hombre, una bobina magnética, del tamaño de un átomo, que gira durante toda la vida y que lo graba todo.
Cuando el ser humano parte al otro lado, se desprende de su cuerpo físico, pero guarda esta pequeña bobina. Los Jueces de arriba le invitan en silencio a contemplar la película de su vida y la vuelve a ver con todo detalle.
En el plano astral no estamos protegidos por nuestro cuerpo físico
Si, nadie puede escapar a esta ley: todo en la vida se graba, se debe pagar en el plano astral por cada transgresión cometida aquí abajo y todo se siente con mucha más intensidad porque ya no se posee la protección del cuerpo físico.
No hay nada más terrible que el estar desnudo y vulnerable en el plano astral pues los pensamientos, los sentimientos de los vivos van ahí directamente para morderles, picarles, quemarles. No podrán evadirlos.
En el plano causal nos volvemos invulnerables
Incluso los pesares y las penas de los vivos que dejaron en la tierra, son un tormento para los muertos. Sólo en el momento en que se entra en el plano causal, ya nada puede alcanzarles, se sitúan en un círculo mágico de luz y nadie puede atravesarlo si no lo desean.
El dominio del alma y del espíritu es verdaderamente extraordinario, y puesto que están en una Escuela Iniciática, si saben ser pacientes, tenaces, aprenderán mucho.
No sean seducidos por trivialidades frívolas
Pero atención, debo prevenirles: si se dejan llevar por futilidades y renuncian a esta riqueza espiritual por las minucias de la vida cotidiana, cuando se vayan al otro mundo, pasarán por estados de conciencia terroríficos porque no habrán sabido apreciar lo que es puro, sagrado, divino.
Ustedes me dirán: «Pero esto no es nada, yo no he asesinado a nadie.» Pues si, es grave, el hecho de no apreciar el lado divino, no es un buen síntoma para ustedes. Ello quiere decir que en el pasado vivieron de una forma tan deplorable que se prepararon unos cuerpos astral y mental totalmente defectuosos. Han retrasado tanto su evolución, que ahora les falta en alguna parte, un elemento que les haga sensibles al mundo divino y deberán sufrir para adquirirlo.
El Bonfin, 26 de septiembre de 1975
Explicación respecto a los siete cuerpos del ser humano.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Obras Completas, vol. 32, Los Frutos del Arbol de la Vida: La Tradición Cabalística
Cap. 14, La muerte y la vida en el más allá.
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