Una Ilusión llamada Maya –
El mayor error de los humanos es que tienden siempre a identificarse con su personalidad (como el caracol y su concha en nuestro post anterior). Los seres humanos deberían saber son mucho más que su cuerpo físico y que todos sus deseos, sus instintos sólo son una parte muy pequeña de sí mismos, pues sólo poseyendo este conocimiento pueden avanzar rápidamente por el camino de la evolución.
El yoga del conocimiento de sí mismo se llama en la India Jnani-yoga (Se puede ver más en el libro «Conócete a Ti Mismo: Jnana Yoga«.). La persona que lo practica, comienza con un autoanálisis: ¿quién soy? ¿dónde estoy? Se da cuenta de que, aunque llegue a perder un brazo, sigue conservando su «Yo», sigue diciendo a pesar de todo « yo ». Su « yo » no es pues este brazo. Y sus piernas, su estómago, etc… ¿son ella? No, ella es algo más. Después, estudia el ámbito de los sentimientos y comprueba que estos sentimientos que experimenta no son ella puesto que puede observarlos y analizarlos, lo que significa que los domina y que ella está, por lo tanto, en otra parte, mucho más arriba. Lo mismo sucede con sus pensamientos. Y así sucesivamente, poco a poco acaba descubriendo que ese yo que busca, ese yo que está por encima de todo, el Yo superior, es una parte de Dios mismo y que es grande, inmenso, poderoso, luminoso, omnipotente… Y después de años y años de disciplina y de práctica espiritual (aunque no le es concedido a todos los yoguis), se funde con su Yo superior.
Es así como llega a comprender que su personalidad no es una realidad eterna, sino un reflejo fugitivo y parcial de su verdadero Yo, un espejismo, una ilusión y a esta ilusión, los hindúes han denominado «Maya».
Maya no es el mundo, como creen algunos, el mundo es una realidad, como lo son también la materia, la mentira y el infierno. Maya es nuestra personalidad, nuestro yo inferior, que nos impulsa a considerarnos siempre como seres separados de los demás y separados del universo. La ilusión estriba en creernos separados de la vida universal, de este Ser único que está en todas partes pero que no podemos sentir ni comprender, porque nuestro yo inferior nos lo impide. Quienes comprenden esta verdad, ya no están separados unos contra los otros, son incapaces de hacer la guerra, pues para ellos el mundo es un solo ser colectivo.
Supongan que encima de esta mesa tenemos diversos vasos de colores, de materias, de formas y dimensiones diferentes. En todos estos vasos vierto un mismo y único perfume: los vasos son diferentes, pero el contenido es el mismo, se trata de la misma esencia perfumada. Ahora bien, observo que si los vasos están inmóviles y mantienen una forma fija, la esencia se eleva, se difunde, y como es sutil, etérica, se opera una fusión en el aire; el perfume de cada vaso se mezcla con él de los vasos vecinos, todos se encuentran arriba y se convierten en uno solo, en una unidad indivisible.
Esta imagen nos puede hacer comprender que si nos dejamos arrastrar por la personalidad, viendo sólo la separación, vivimos en la ilusión, y si la aceptamos, nos equivocamos eternamente respecto a la realidad de las cosas, y adoptaremos una filosofía materialista engañosa, o digamos mejor una filosofía verídica en cuanto se trata de la materia, de la forma, del recipiente, pero falsa respecto al contenido, es decir, al alma, al espíritu, a los pensamientos y sentimientos, en donde todo se fusiona y se convierte en uno.
(Continuará…)
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Izvor 213, Naturaleza Humana y Naturaleza Divina
Capítulo 3, A la Búsqueda de Nuestra Verdadera Identidad
Pensamiento del viernes 8 de abril de 2016. LO LIMITADO NO PUEDE COMPRENDER lo ILIMITADO
LO LIMITADO NO PUEDE COMPRENDER lo ILIMITADO. (de la INDIVIDUALIDAD Y puesto que la CONCIENCIA HUMANA es LIMITADA. NO PUEDE CONOCER A DIOS,(NUESTRA NATURALEZA DIVINA) LO ILIMITADO. O, mejor dicho, EL HOMBRE NO PUEDE CONOCER A DIOS MIENTRAS PERMANECE FUERA de ÉL. SÓLO le CONOCERÁ ENTRANDO en esta INMENSIDAD, FUSIONÁN-DOSE CON ELLA, CONFUNDIÉNDOSE CON ELLA. Mientras UNA GOTA de AGUA PERMANECE SEPARADA DEL OCÉANO, NO PUEDE CONOCERLE; pero SI REGRESA AL OCÉANO, YA NO PUEDE SEPARARSE DE ÉL, SE CONVIERTE EN OCÉANO Y EN ESTE MOMENTO LE CONOCE.
Diréis: «Pero el hombre está en el UNIVERSO, forma parte de él, no está separado de este ILIMITADO, de este INFINITO QUE ES DIOS.» Sí, PERO NO ES CONSCIENTE DE ELLO. En cambio, la mayoría de las veces es totalmente consciente de su decisión de separarse de Dios, para declarar después que Dios no existe. Así pues, SI QUEREMOS CONOCER A DIOS, DEBEMOS CONSCIENTEMENTE FUSIONARNOS CON ÉL, PERDERNOS EN ÉL. LE CONOCEREMOS PORQUE SEREMOS ÉL, SÓLO HAREMOS UNO CON ÉL.»
ME ENCANTO ESTE PENSAMIENTO COTIDIANO QUE COMPARTO CON UDS.