– Los grados superiores de la clarividencia‏ ‏

¿Han pensado sobre el hecho, de que sólo podemos ver las personas o cosas a nuestro‏ alrededor, sólo si son iluminados por rayos de luz cayendo sobre ellos? El sol a veces ha sido llamado “la lám‏para del universo”, y esto expresa la idea de que es gra‏cias a la luz del sol que el mundo es iluminado, y como resultado, el ser humano ve‏ las cosas que le rodean.‏

‏Los objetos sólo son visibles, pues, sólo cuando la luz cae sobre ellos y los ilumina; esta‏ ley es válida en el mundo físico, y también en el mundo‏ espiritual. En el mundo espiritual, sin embargo, no hay lám‏paras que podamos encender como hacemos con la‏ lámpara de nuestra escalera o de nuestra habitación.‏ Si queremos ver algo, somos nosotros mismos quienes debemos proyectar una luz. Es por eso que tan‏ pocas personas son capaces de ver en el plano espiritual:‏ esperan que los objetos les sean iluminados. No ‏ saben proyectar por sí mismos estos rayos que les‏ permitirían ver.‏

En efecto, todos lo que existe en los planos sutiles –  astral, mental, causal, etc. –  emite luz, pero de un tipo que no puede ser captado por nuestros ojos‏ físicos. Por eso debemos desarrollar‏ nuestros órganos sutiles, y encender nuestras lámpa‏ras interiores para proyectar rayos sobre la superficie de seres y objetos, y hacerlos visibles.‏ ‏

 

light aura

Existen varias formas de visión a las que se lla‏ma de diferente forma según los planos en los que‏ se aplican. En el nivel más elevado se manifiesta la‏ visión del espíritu, a la que se llama intuición. Esta‏ visión no es material, desde luego, y la persona, a‏ menudo, ni siquiera tiene conciencia de que está viendo algo. Cuando repentinamente una persona recibe‏ la revelación de una verdad superior, divina, es que‏ ha llegado a proyectar rayos de luz desde sí mismo, y estos rayos han alcanzado una gran distancia y una gran altura, lo que le han permitido ver algunas leyes de correspondencia, algunas de las estructuras del universo. Es  la luz del espíritu la que ilumina la reali‏dad divina y permite que el ser humano la entienda.‏ ‏

En otro nivel, la visión se llama sensación, pues la sensación es también una especie de‏ luz que el ser humano proyecta sobre los objetos y las‏ criaturas vivas. Cuando ustedes sienten las cosas, vibran al unísono‏ con ellas, están conscientes de su existencia y de su cercanía: es como si las vieran.‏

Finalmente, existe una tercera forma de visión‏ que consiste en tener consciencia de destellos de luz, colores, objetos y entidades yendo y viniendo en los planos astral y etérico. Ge‏neralmente, quienes tienen estas visiones no entienden‏ lo que ven y no saben interpretarlo sin ayuda. Si se aventuran a interpretarlos sin ayuda, a menudo,‏ cometen errores. Este tipo de visión no es muy útil, entonces; y  de hecho, a menudo puede detener a los seres‏ en su evolución.‏

Por lo tanto, hay distintos grados de visión. El gra‏do más elevado es la intuición, que es tanto una‏ comprensión y una sensación del mundo divino., y es en este nivel donde hay que empezar. Una vez armados con‏ este alto nivel de comprensión y esta sensación superior, podemos volver a la visión de los planos etérico y astral, y comenzar a explorarlos y estudiarlos.‏

(Continuará)

Omraam Mikhael Aivanhov,
Izvor 228, Mirada al Más Allá
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