Cuando vuestro organismo se llena con desechos, reacciona intentando rechazar y disolver todos los residuos; por eso sube la temperatura. Y es necesario soportar esta temperatura, ya que es la demostración de que se está haciendo la limpieza. Para ayudar al organismo en su trabajo, pueden beber agua muy caliente, hervida. Beban sucesivamente varias tazas grandes y la temperatura descenderá rápidamente: todos los canales se dilatarán y la sangre circulará con facilidad llevándose los residuos hacia las vías naturales y hacia los poros.

También es saludable beber agua caliente cuando se ayuna. Hiérvanla varios minutos y dejen después que la cal se deposite en el fondo. Cuando lavan la vajilla con agua fria habrán notado que si hay grasa los platos no quedan limpios del todo: Se necesita agua caliente para disolver las grasas. Ocurre lo mismo en el organismo: el agua caliente disuelve muchos elementos y materias que el agua fria dejaría intactos, los arrastra hacia el exterior a través de los poros, los riñones, etc…, con lo cual se sienten purificados y rejuvenecidos.

Pueden incluso beber agua caliente todos los días en ayunas. Puesto que el agua caliente limpia los canales, también es un excelente remedio contra la arterioesclerosis y el reumatismo.

Cuando se ayuna, el cuerpo físico se siente despojado, naturalmente, pero el cuerpo etérico compensa estas privaciones aportando otros elementos más sutiles. El cuerpo etérico tiene como misión velar sobre el cuerpo físico y reponer sus reservas de energía. Por lo tanto, el ayuno da un impulso al cuerpo etérico para que se ponga a trabajar; la actividad se traslada a otra parte y durante ese tiempo el cuerpo físico descansa. Es por eso que todas las religiones y enseñanzas espirituales han recomendado el ayuno.

Ayunar no es renunciar, privarse, sino que al contrario, el ayuno sirve ante todo para alimentarse. Cuando privan a vuestro cuerpo físico de alimento, son los demás cuerpos (el etérico, el astral, el mental), los que empiezan, a ponerse a trabajar. Pues existe en el ser humano un principio que se defiende, que no quiere morir. Si el cuerpo físico se encuentra falto de alimentación, se da la alerta, y como hay en el organismo entidades que velan por vuestra seguridad, en ese momento desde una legión más elevada vienen estas entidades a procurarles lo que les falta: empiezan a absorber elementos que se encuentran en la atmósfera y se sienten alimentados. Y si en ese momento dejan de respirar durante unos segundos, otras entidades más elevadas, en los planos astral y mental, les proporcionan alimento.

Omraam Mïkhael Aïvanhov

Leer más en…
El Yoga de la Nutrición, Izvor 204
Capítulo 7, «El ayuno».
Hrani Yoga, Obras Completas, Vol. 16.